Luego de la salida forzada del mercado ruso producto de la guerra, Renault no lo está pasando bien, y es que Rusia representaba el segundo mayor mercado mundial para la firma del rombo. Esto ha ocasionado cambios en la estrategia de cara al futuro presentada hace unos años, denominada “Renaulution”.
En dicha estrategia se especificaba que las diferentes ramas de productos estarían bajo paraguas independientes, encargados de realizar sus propios procesos de investigación y desarrollo, con el objetivo de liderar sus segmentos de competencia. Esta estrategia, criticada por otros grupos automotrices, desmantelaba un poco la estructura original, impidiendo que el grupo y sus diferentes ramas pudieran crecer de manera integral, sino que fortalecía el crecimiento de distintas líneas de negocio por separado.
Es por este tipo de factores, además de la caída en ventas de ciertos autos eléctricos (como el Renault Zoe) y del fortalecimiento de nuevos fabricantes (como BYD), que se tuvo que posponer la salida a la bolsa de Ampere, la rama del fabricante encargada de desarrollar tecnologías enfocadas a la electromovilidad.
Lo anterior sirvió como base para que la prensa francesa comenzara a difundir noticias relacionadas a que el gobierno francés, accionista de Renault y Stellantis, analizara una posible fusión de ambos grupos en el mediano plazo, alimentando los rumores sobre el temor real de la industria francesa ante la estrategia de Alemania para recuperar el liderazgo y el rápido avance de la industria china. De hecho, hace apenas unos meses, se supo que Francia analizaba diferentes tipos de gravámenes fiscales para restar competitividad a la industria china y proteger a las marcas locales que no paran de perder cuota de mercado.
Frente a todos los antecedentes, Renault subió un 4% el valor de sus acciones en bolsa durante la semana pasada, ya que la posible jugada comercial fue vista con buenos ojos por parte de los inversores, que creen que el gran despliegue de Stellantis alrededor del mundo serviría como un trampolín para los productos de Renault.
Es por esto que John Elkann, presidente de Stellantis decidió aclarar los rumores y negar tajantemente que desde su grupo automotor se esté revisando una posible compra o fusión con el grupo Renault, acallando -al menos de forma momentánea- los rumores.
Hay que recordar en todo momento que Renault es una marca que no tiene presencia en algunos mercados como el estadounidense, lo que ciertamente limita sus capacidades de crecimiento.
¿Y a ti?, ¿Qué te parecería una fusión entre ambos grupos automotrices?