El próximo 14 de octubre se subastarán en Nueva York dos vehículos de lujo del 60 de la marca Lincoln, que encierran mucho de morbo. Se trata de dos autos utilizados por el expresidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, durante su mandato trunco. ¿Las posturas mínimas? De US$ 300 y US$ 500 mil, aunque con total seguridad estarán muy lejos de esos valores.
Si bien ninguno de los autos es el convertible en el cual Kennedy fue asesinado en Dallas (unidad que descansa en el museo Henry Ford de Michigan), uno de ellos -el Lincoln Continental convertible blanco de 1963- fue el empleado por el presidente Kennedy, su esposa Jacqueline y el gobernador de Texas, John Connally, en la mañana del 22 de noviembre de 1963. Abordaron el Lincoln desde el Texas Hotel, donde la pareja presidencial había dormido, para dirigirse a un discurso que dio esa mañana. Desde allí el auto transitó por la localidad Fort Worth, flanqueado por una multitud de adherentes hasta la base aérea Carswell, donde Kennedy y la primera dama tomaron el avión a Dallas.
Esta unidad ha vagado por años en diferentes museos y ha sido parcialmente restaurado. Lamentablemente tiene un motor nuevo (aunque el mismo que traía de fábrica), pero su pintura es la original, al igual que el cuero del tapiz.
Bajo el capó, el Continental de tracción trasera tiene un gigantesco motor de 7.044 cc que produce 320 caballos y 631 Nm de par. Pese a su también gran envergadura, dada por 5.418 mm de largo, poco menos de dos metros de ancho, este auto de lujo podía llegar a 201 km/h y alcanzar los 100 km/h en buenos 9,1 segundos. La caja era del tipo automática de solo tres cambios.
La segunda unidad fue utilizada por John F. Kennedy para desplazamientos personales por Washington. Para asuntos de corte más oficial, el político debía emplear la limusina destinada a ese fin. Una vez que ocurrió el fatal desenlace de Kennedy en noviembre de 1963, el Lincoln más viejo que el primero -es de 1960- retornó a propiedad de Ford y luego fue adquirido por un privado que tenía contactos con la oficina de la marca en la capital estadounidense. Después de pasar por varias manos, su interior también destaca por ser el que alguna vez cobijó al 35º mandatario de Estados Unidos.
Como el primer modelo, este Lincoln tiene un 7.0 litros pero que rinde ‘solo’ 314 caballos y ofrece el mismo torque de 631 Nm de par.