Debo reconocer que desde que se lanzó en abril, me parecía llamativo tener oportunidad de probar el nuevo Suzuki S-Presso (afortunadamente salí ganador en la tómbola de test drive de MT Motores). Quería manejarlo porque siempre resultará interesante vivir a bordo de un vehículo de acceso, un modelo que se posiciona en la parte más asequible del tarifario de autos en Chile y que, además, aterriza un nuevo concepto al mercado: porque es una especie de mini SUV pero con el tamaño y las prestaciones de un tradicional citycar asiático.

En aspecto, el Suzuki S-Presso llama la atención. Es raro que pase desapercibido (la unidad de prueba además era naranja). La silueta es bastante cuadrada y se asemeja a la de un bototo, con la particularidad de ser también muy angosta (apenas supera el metro y medio entre los espejos), al extremo de ser más alta que ancha. “Qué simpático este auto, ¿qué modelo es?”, me preguntó una señora en un estacionamiento a poco de haberlo retirado del local de Derco. Otro punto que a mi juicio lo hace lucir extravagante, es su gran distancia del suelo de 180 mm. ¿Hasta qué punto un ‘buen despeje al suelo’ (como se dice en las presentaciones de producto) es realmente bueno?

Por dentro, el S-Presso denota una humildad casi franciscana. Lo primero que se palpa al subir es un puesto de conducción altísimo. Primero porque, como se dijo, la carrocería ya está bastante elevada respecto del piso, y segundo, porque entre el suelo y el propio asiento hay un armazón de fierro que alza más y artificialmente la posición del conductor. Lo negativo de todo lo anterior, es que la butaca no puede rebajarse de ninguna manera, a lo que hay que sumar que el volante es como los de los autos del 90: no tiene ajustes ni de altura ni menos de profundidad. Mido 1.78 mts. y la postura al volante verdaderamente me resultó incómoda.

Las sensaciones continúan con una pantalla central táctil de instalación local que no tiene ninguna perilla ni tecla análoga, lo que no sería tan frustrante si es que el volante tuviera botones para controlarla. Esto se traduce que en cualquier momento, detenido, en ciudad o carretera, haya que desviar la mirada e interactuar con uno o más pasos para cambiar de canción, subir o bajar el volumen o poner mute. Sí resulta muy positivo para usar Google Maps o Waze que el display sea compatible con Android y Apple. Los comandos del aire acondicionado, en tanto, son totalmente manuales y, por ende, de muy fácil uso.

Atrás el espacio para las piernas es satisfactorio, aunque por el acotado ancho de carrocería caben bien dos adultos o tres niños. El cinturón de seguridad del medio es de tipo faja y no hay apoyacabeza. Pueden instalarse dos sistemas de retención infantil (sillas de niños) gracias a que tiene enganches Isofix.

Otras particularidades están dadas por un panel de instrumentos en medio del tablero (como el primer Toyota Yaris), por la ausencia de reposapiés izquierdo, por parasoles sin espejos y un retrovisor central extremadamente angosto que obliga a dobles chequeos o acomodos para maniobrar en reversa o para cambiar de pista. Los alzavidrios delanteros están puestos en el tablero -como en el 4x4 Jimny- y eso obliga a unos días de adaptación (atrás son con manilla). Por fuera, no hay plumilla trasera.

En movimiento

Una vez en marcha, el Suzuki S-Presso muestra quizá su mejor aspecto cuando se desenvuelve en ciudad. El motor 1.0 litros de tres cilindros (67 Hp y 90 Nm) responde contundentemente en todo rango de revoluciones y casi no es necesario ayudarlo engranando marchas más bajas (en esa tarea lo asiste un ligero peso en vacío de 770 kilos). Así, es sencillo moverse en avenidas transitadas o en incorporaciones de autopistas. A poco de conducirlo ya se sabe que este mini SUV, como se lo promociona, responde a lo que se le exija con el pie derecho.

Lo negativo viene primero por una dirección que si bien es asistida eléctricamente, no se devuelve con la suficiente naturalidad. Pareciera quedarse atascada en esa vuelta al centro, de manera que uno no puede fiarse de ella (me pasó un par de veces querer salir recto y la dirección aún estaba girada más de lo normal). Al menos uno lo aprende rápido y el radio de giro es muy acotado (4,5 metros). Asimismo, los cambios deben pasarse de oído (o por rango de velocidad e inclinación), porque este S-Presso no tiene tacómetro.

En carretera, ya sea por sus extremadas delgadez y altura o por su desatado desapego del suelo, a este Suzuki no se le podría llamar un vehículo aplomado. Hay que tomar las curvas con el debido respeto porque no hay que olvidar que las leyes de la física mandan, sobre todo en este modelo. Sumando el ruido de rodadura que se cuela en el habitáculo, es claro que manejarlo hasta los 100 km/h parece lo más prudente.

En seguridad, no se puede obviar que este Suzuki S-Presso se quedó con cero estrellas en pruebas de Global NCAP en noviembre pasado (en realidad el modelo testeado tenía solo un airbag y este -por requisito de homologación nacional- equipa dos bolsas frontales). Evidentemente no hay manera de cerciorarse de que esta versión local sea efectivamente superior a la comercializada en India, pero lo que sí es claro es que un vehículo así, con la mencionada distancia del suelo, no debería salir de fábrica sin equipar el control de estabilidad (ESP). Ya se dijo que ‘el buen despeje del suelo’ no siempre será positivo. Aquí hay un buen caso.

Más allá de todo, el Suzuki S-Presso parece una apuesta si bien mezquina, al menos honesta para aquellos decididos a moverse entre en la selva de cemento. La economía de movimiento y la simpleza mecánica serán entonces los mejores aliados.

Ficha técnicaSuzuki S-Presso GLX AC
Motor998 cc de tres cilindros (Euro 6)
Potencia67 Hp
Torque90 Nm a 3.500 rpm
CajaMT5
Consumo homologado19,1 km/l (mixto)
TracciónDelantera
Largo3.565 mm
Ancho1.520 mm
Alto1.565 mm
Distancia entre ejes2.380 mm
Distancia al suelo180 mm
Maletero239 litros
Pantallatáctil de 7″
Neumáticos165/70 R14
ProcedenciaIndia
Precio de lista$ 8.240.000
A favorEn contra
La buena relación de motor y caja de cambios. La pantalla compatible con teléfonos, que facilita el uso de app móviles.La falta de elementos clave en confort y en materia de seguridad. Resulta demasiado incómoda la posición de conducción.