[Test Drive] Moto Guzzi V7 II Racer: Estaciónala y pide una leche malteada
<p>Hay motos cuyo gran propósito es hacer creer que el tiempo se detuvo hace por lo menos medio siglo, como si un acto de hibernación funcionara a punta de carburadores y líneas inmortales que de pronto despertaron sin más. Pero todo ha cambiado, todo menos lo que en apariencia renace. Con más de 95 años […]</p>

Hay motos cuyo gran propósito es hacer creer que el tiempo se detuvo hace por lo menos medio siglo, como si un acto de hibernación funcionara a punta de carburadores y líneas inmortales que de pronto despertaron sin más. Pero todo ha cambiado, todo menos lo que en apariencia renace.
Con más de 95 años de historia, los italianos de Moto Guzzi viven un renacer glorioso donde el apego a sus líneas de diseño más características se plantean con actual orgullo como parte de la matriz del grupo Piaggio.
Mucho de esto es posible hallar en la V7 II Racer. Nostalgia pura, concepto de diseño vintage intacto, aunque las soluciones mecánicas correspondan a lo que dicta el catálogo moderno.
Esta versión es de ademanes egoístas incluso. De partida no hay espacio para llevar un acompañante. La leyenda de los moto guzzistas extremos dice que esta motocicleta es la que elige a su dueño y no al revés.
Siempre reaccioné con una sonrisa cuando escuché hace algunos años este tipo de asertos. Pero al segundo día de uso, cuando me vi haciendo fuerzas para maniobrar desde su embrague y en un taco, entonces comencé a entender mejor algunas cosas. Se me hizo duro, aunque admito que se "suavizó" respecto de la primera versión proveniente del año 2008 y que, a su vez, volvió a la vida el modelo fabricado en los setentas.
Al tercer día ya funcionaban mejor las cosas. Y uno se da el tiempo de sondear el impacto social de la máquina. Al sonido, no pocos me hicieron la siguiente pregunta: ¿Es carburada?

El motor bicilíndrico enfriado por aire está en una disposición un tanto exhibicionista y en "V". Para ser visto así. El motor manda. Al momento del encendido suelta una vibración al estilo sacudón que hace creer en una cilindrada mayor. Pero no, son "sólo" 744 centímetros cúbicos desbordantes de una personalidad muy única. Y más allá de estilos o tiempos, es un propulsor rico en su poderío de baja. Independiente de la marcha, este bloque nos va llevando noblemente. De hecho los 59 Nm de par máximo a las 3.000 rpm parecieran actuar con nobleza antes de lo que dicta la hoja técnica.
El homenaje al cual concurre esta V7 II Racer es también a la deportividad antigua y en eso debemos conferir cierto mérito a la disposición de los manillares y su inclinación hacia abajo.
En el gran faro principal delantero hay un inequívoco trabajo clásico, coronado por una pequeña pestaña aerodinámica que catapulta la ráfaga algo más arriba de nuestro pecho y así no hacer molesto el choque del viento con el cuerpo. Los pedalines están más bajos que en la versión precedente, pero no lo suficientemente atrás como para inclinarse y asumir una postura más racing a la hora del manejo. Acá, sencillamente vamos bien erguidos.
La transmisión tampoco es muy condescendiente con conductores mal acostumbrados a la sedosidad de lo actual. Acá hay una leve dureza mecanizada muy coherente con el concepto antiguo de la moto. Pero es cuestión de días. Después se aprende el rito y uno se acostumbra. Igual que la búsqueda de la neutra en las detenciones, que me recordó a esas novias de juventud que no entregaban un beso con facilidad ni menos de buenas a primeras.
Cuando la moto ya ha caminado contigo por tres o cuatro días, se viene el encantamiento y descubrimos que con todos sus ademanes tan especiales es rica para la ciudad: por su peso algo ligero, por su radio de giro, porque el torque medio subterraneado la saca desde donde sea.
Si me apuran, no obstante, yo creo que lo mejor logrado en este trabajo es su imagen honesta, su estética que sobresale y toma distancia del producto moderno, los detalles de su armado como un estanque cromado dividido y como si estuviese sujeto por una correa de cuero son señas muy únicas. Su asiento individual con una tersura aterciopelada café o el 7 bien vistoso instalado en el vértice de su cadera. ¿No están escuchando una de Gianni Morandi?
Ficha técnica Moto Guzzi V7 II Racer
» Motor: 744 cc » Refrigeración: aire » Transmisión: MT 6 vel. » Potencia: 48 Hp a 6.500 rpm » Par máximo: 60 Nm a 2.800 rpm
» Altura asiento: 790 milímetros » Peso: 179 kilos » Neumático delantero: 100/90 18 » Neumático trasero: 130/80 17 » Precio: $ 7.990.000
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