[Test Drive] Porsche Panamera: Con el alma del 911 en traje de etiqueta

Cuando asomó la primera generación del Porsche Panamera, hace siete años, la marca alemana remeció los conceptos de deportividad. Un vehículo esencialmente señorial, también podía ser capaz de entregar adrenalina. "Un auto para ir desde la pista a la ópera", decían en aquel entonces. Eso sí, la crítica no tuvo reparos a la hora de atacar el diseño.

Hoy, el Panamera se reinventó. Y lo hizo por completo, comenzando precisamente desde ese "punto débil". La segunda generación de esta berlina tomó nota de las quejas y cambió esa controversial especie de joroba que caía en la zaga (que en teoría favorecía la comodidad interior) por una silueta que es más cercana al 911, sobre todo en el pilar C. El frontal también adopta una imagen más agresiva, con clara genética del 918 Spyder.

Las modificaciones no son sólo estéticas, y en cada detalle se aprecia el trabajo que se hizo por conseguir la mezcla perfecta entre elegancia y deportividad. Construido sobre una nueva plataforma modular, nos encontramos con más espacio que el que ya tenía el generoso habitáculo anterior. Es un vehículo más largo ( 34 mm) y prácticamente igual en ancho y alto ( 6mm y 5mm, respectivamente), pero los 30 mm extras que tiene de distancia entre ejes son un placer para cuando uno viaja en los asientos traseros. Ni hablar del maletero, enorme, con sus 500 litros de capacidad.

Si los cambios estéticos son bienvenidos, ver el nuevo habitáculo duplica los aplausos, aunque requiere algo de tiempo acostumbrarse a manejar tanta información. Lo mejor es que dio el salto al siglo XXI, con un tablero digital que permite adaptarlo a los requerimientos y gustos del conductor, dejando como un guiño histórico el cuentarrevoluciones análogo y, obviamente, la llave a la izquierda.

En el panel central destaca la gran pantalla central táctil de 12,3 pulgadas. Por fin no existe tanta botonería y luce a la vanguardia que exige un modelo como el Panamera. Y para quienes viajen en el asiento trasero, existe otra pantalla táctil de siete pulgadas, desde donde se pueden controlar las diversas funciones del sistema de infoentretención.

Pero todas las mejoras estéticas y tecnológicas no tendrían sentido si las prestaciones no están a la altura de Porsche. Y el tamaño del vehículo pone algunas dudas sobre lo que encontraremos.

Pero ese temor va rápidamente desapareciendo. Desde que nos instalamos en una butaca muy cerca del piso hasta que se escucha el sonido del motor. En nuestra prueba manejamos el V8 turbo de 4.0 litros, con 550 Hp, y el Panamera 4S, con un V6 de 3.0 litros y 440 Hp, ambos asociados a la nueva caja PDK de doble embrague y ocho marchas.

Basta que nos empecemos a mover y vamos comprobando que mundos que parecen tan opuestos, como el de la deportividad y la confortabilidad, acá tienen un punto de encuentro. Independiente de los modos de manejo que uno escoja, existe una preocupación por la comodidad gracias a la muy eficiente suspensión neumática.

En carretera, su actuación está en otro nivel. Velocidad inmediata (3,6 segundos el 0 a 100 km/h en el Panamera Turbo), pero siempre bajo control. Lo más divertido y emocionante es ver cómo un modelo de 5.049 mm de largo es capaz de entrar completamente afiatado en curvas, ya que la relación de peso y la construcción del chasis evitan que surjan movimientos parásitos que hagan dudar de la seguridad. Y si se da la oportunidad de pisar el acelerador, son pocos los que pueden hacerle frente, aunque, sin duda, llama la atención la suavidad, lo estable y silencioso que es a altas velocidades.

A favor: El rediseño, la tecnología interior y el andar, que mezcla deportividad y comodidad.

En contra: El sistema de infoentretención requiere tiempo para sacarle el mejor partido.

» Motor: 3.6 (4S)/4.0 litros (Turbo) » Potencia (Hp): 440/550

» Torque (Nm): 550/770 » Caja: PDK 8 vel. » Precio: US$ 152.900 / US$ 176.900