Cuando se pensaba que los sedanes estaban en franca retirada, Volkswagen redobla las apuestas y presentó en el pasado Salón de Detroit no uno, sino dos modelos de esta tipología.
Cuando ya nadie creía que podía venir un modelo a hacerles frente a los exitosísimos SUV, la firma alemana pone a disposición del público un modelo digno de analizar y que recuerda el porqué fueron reyes durante décadas.
El Volkswagen Virtus, lanzado hace algunos meses en el mercado local y que se posiciona justo por encima del Voyage y un escalón por debajo del Bora, será un rival de peso para esas familias que comienzan a crecer y que necesitan pasar del auto compacto a uno con más espacio.
El Volkswagen Virtus se fabrica en Brasil sobre la plataforma MQB-A0, la más moderna y versátil del grupo alemán, la misma que utiliza el nuevo Polo. Mide 4.482 mm de largo, 1.751 mm de ancho, 1.468 mm de alto y tiene una distancia entre ejes de 2.650 mm.
En diseño del Volkswagen Virtus tiene varias similitudes con el Polo, pero destacan sus líneas angulosas, con nervaduras que atraviesan todo el lateral del modelo y que le dan esa frescura y pequeños vestigios de un sedán coupé.
Una vez adentro nos vemos rodeados de un auto conservador en su diseño, pero con la tecnología justa y a la mano de quien lo opere. Lo primero que llama la atención en el Volkswagen Virtus es el tablero completamente digital en una pantalla de 10,25&", algo poco común para el segmento. De fácil lectura y manejo, los colores azules y rojos también juegan un papel importante en esa línea.
En la consola central, otra pantalla, esta vez táctil y de ocho pulgadas con MirrorLink para espejar las funciones de nuestro teléfono y un total de tres puertos USB dentro del auto. Y vaya qué fácil de utilizar es el sistema que tiene, incluso el sistema incorporado en el Volkswagen Virtus te lee los WhatsApps. Nada de mal.
El espacio es una de sus grandes cualidades, cinco adultos de contextura media entran perfectamente y el maletero es gigante, con 521 litros de capacidad, uno de los más grandes del segmento. Tiene una buena boca de carga y es profunda, ideal para varias maletas.
Los materiales que utiliza el Volkswagen Virtus en su construcción del habitáculo están correctísimos, nada que sobresalga, pero tampoco nada que cambiar con urgencia. La cámara de retroceso disponible en la versión probada (Limited) tiene muy buena resolución, aunque los sensores delanteros son muy sensibles y a veces incluso exagerados. Pero más vale eso que nada.
Respecto del equipamiento, está un poco por encima de la competencia, destacando el control de estabilidad, de tracción, bloqueo electrónico de diferencial, cuatro airbags, los apoyacabezas en los cinco asientos, climatizador, encendido por botón y una larga lista.
En materia de andar, lo que más sorprende, por lejos, es la reacción del motor. Es 1.6 de 110 Hp, lo que podría parecer muy normal para el segmento, pero tiene un comportamiento con una salida muy rápida desde la inercia y con buenas recuperaciones. Todo acompañado de la caja automática de seis velocidades que es suave y está bien engranada. Además, tiene función para manejarse de modo manual, que lo hace más entretenido.
Uno de los puntos bajos del Volkswagen Virtus fue la dirección, un poco nerviosa y demasiado sensible, lo que a mayor velocidad te obligaba a estar mucho más atento de no cometer ningún error o maniobra brusca. A eso se sumó la suspensión, que si bien aguantaba los baches, no era suficientemente activa y tendía a que el auto se cargara en curvas. Lo mismo al frenar, siempre tendió a que la trasferencia de peso entre ejes fuera demasiado notoria.
- » Motor: 1.6
- » Potencia: 110 Hp
- » Torque: 155 Nm a 3.800 rpm
- » Transmisión: AT 6 vel.
- » Largo: 4.486 mm
- » Maletero: 521
- » Precio: $ 14.490.000