No es fácil probar un convertible. Y es que más allá del funcionamiento del motor o el desempeño en pista, no es tan sencillo abandonar la privacidad de un techo rígido y pasar como si nada a un paseo a cielo abierto. Pusimos a prueba nuestra personalidad a bordo del renovado Volkswagen Beetle Cabrio y la sorpresa fue mayor al darnos cuenta de lo rápido que descapotar el auto se convierte en un vicio.

Ya desde lejos este auto anuncia su presencia con sus, ya clásicos, focos redondos, amplios pasos de rueda y estilo retro, aunque con la renovación de la segunda generación también podemos ver líneas más robustas en los parachoques y los laterales, completando un look que se pone más en línea con los actuales códigos de diseño de la marca.

Eso es lo que ven los demás en la calle, ya que a bordo las cosas también cambiaron, y bastante. Hay un reordenamiento de la consola central y el cuadro de instrumentos, el volante fue reemplazado por uno más ergonómico y multifunción, sin olvidar los detalles de terminación del panel, que se pueden elegir en el mismo color del vehículo, agregando un toque especial al diseño y resaltando la pantalla táctil de 6,5" del sistema de infoentretenimiento.

En términos dinámicos es donde más sorprende el Beetle Cabrio, ya que su plataforma le permite moverse con gran deportividad. La suspensión ayuda bastante también, con un ajuste que juega entre lo urbano y lo más deportivo, permitiéndonos gran comodidad en todo tipo de situación de manejo.

Si algo hay que destacar en términos de desempeño, es la comunión entre el vehículo y su motor. Aunque ya hemos probado el bloque 1.4 TSI de Volkswagen en otros modelos, aquí hace gala de su versatilidad.

Basta poner el pie en el acelerador con algo más de decisión para que la caja DSG de siete velocidades con levas al volante haga su magia y gran parte de los 160 caballos de fuerza aparezcan sin dudar en la carretera, mientras que los 240 Nm de torque ya están disponibles en buena medida a partir de las 1.500 vueltas, por lo que los adelantamientos y las salidas rápidas en los semáforos se hacen con gusto. Sin ser deportiva, su dirección tiene un tacto bastante agradable, transmitiendo al pie de la letra los deseos del conductor.

Todo lo anterior sin olvidar que estamos hablando de un Beetle convertible, uno cuya capota de lona se abre o cierra en poco más de nueve segundos, maniobra que además se puede hacer hasta a 50 km/h y al toque de un botón. ¿De qué sirve eso? Por ejemplo cuando nos pilla una llovizna repentina.

Con la capota cerrada el trabajo de insonorización es excelente, con un ruido exterior mínimo, mientras que en modo convertible, se puede conversar o escuchar música a un volumen moderado hasta los 120 km/h. Si bien a más velocidad la turbulencia en las plazas delanteras aumenta, no es algo que moleste en absoluto.

Otro de sus puntos a favor lo encontramos en el espacio interior. Cuatro personas pueden viajar cómodas en este modelo, incluso dejando algo de equipaje en su pequeña maleta de 225 litros, cuya capacidad no se ve afectada cuando se pliega la capota.

Si a todo lo anterior sumamos un alto equipamiento en conectividad, con bluetooth, entrada auxiliar, USB y compatibilidad con iPod, elementos de seguridad de serie como seis airbags, frenos ABS, sistema de regulación del motor y estabilización, control electrónico de tracción, bloqueo electrónico de diferencial y asistente de partida en pendientes, además de monitor de presión de neumáticos, control crucero y cámara de retroceso, tenemos un muy buen convertible adaptado para el uso diario, con un precio razonable y con todo el estilo que supone estar al volante de un Volkswagen Beetle.

A favor: La sensación de marcha que entrega, gracias a su chasis y la correcta suspensión.

En contra: El escaso espacio que queda en los asientos traseros y el pequeño maletero.

Ficha técnica Volkswagen Beetle Cabrio

» Motor: 1.4 TSI

» Potencia: 160 Hp

» Torque: 240 Nm

» Caja: DSG 7 vel.

» Capota: lona, 9 seg.

» Maleta: 225 litros

» Precio: $ 17.990.000