La industria del automóvil es una muy dinámica. Por la buena cantidad de actores, siempre hay invenciones que van asomando, primero de forma experimental y que luego comienzan a patentarse, como una evidencia de que pronto podrían volverse de serie. Pero, ¿qué podría justificar la invención de un revolucionario volante de grosor variable? Toyota tiene la respuesta.

En uno de sus últimos documentos -fechado el 22 de febrero- la marca japonesa explica que hoy los métodos de alerta para el mantenimiento de carril podrían distraer al conductor. Entre estos se incluyen pitidos, luces destellantes, vibraciones del volante o incluso una devolución sutil en la dirección opuesta.

Según la firma, esas alertas pueden ser tan útiles como molestas, incluso peligrosas, si es que el conductor desvía la mirada siguiendo las alertas visuales o si el volante se devuelve en circunstancias que el conductor intenta hacer una maniobra evasiva. Así, Toyota propone que la solución un volante que expande o contrae su propio aro para alertar al conductor.

Incrustados en todo el borde de la circunferencia habría puntos que pueden volverse más gruesos o más delgados para variar la fricción entre las manos y el volante. Cuanto más gruesa es la sección, mayor es la fricción, y viceversa. Cuando aumenta la fricción, actúa como un recordatorio, o incluso provoca un tirón sutil, que puede ayudar a mantener el automóvil centrado en su carril.

Hace dos años te contamos de otro innovador sistema de Toyota, por ahora solo reservado para el mercado japonés. Se trata de una tecnología que impide las aceleraciones erróneas en vehículos automáticos. Sorprendente, ¿no?