Toyota RAV4: Prueba de que siempre se puede ser mejor

Renovar un éxito de ventas, ciertamente, no debe ser nada de fácil. Más aun cuando se trata del SUV más popular del mundo, cuyo hábitat hoy por hoy es un verdadero hervidero de modelos de su tipo. El paso del tiempo, sin embargo, es implacable para todos, las generaciones envejecen tarde o temprano y deben dar paso a las nuevas.  Modernizarse sin transar la esencia pareciera ser la clave. Algo que, probablemente, suena más fácil de lo que es, el Toyota RAV4 lo consigue con honores en su nueva quinta generación.

De afuera hacia adentro, el cambio estético no es menor, pues deja atrás un corte más tradicional -que, además, ya se ve viejo-, para dar paso a un look más agresivo, robusto y atrevido, que de cierta forma busca regresar a los orígenes del modelo, más aventurero, menos urbano. Trazos marcados, rectos y octagonales dominan el conjunto.

Su nueva plataforma (TNGA), en tanto, le permite mejorar aun más su ya destacada habitabilidad. Sobre todo atrás, con unos asientos que acogen sin ningún problema a tres pasajeros. Gracias a un túnel central discreto, incluso un adulto puede viajar cómodo en la plaza de en medio. Su maletero sigue siendo un referente para el segmento, con un notable aumento de la capacidad respecto del anterior, fácil acceso y cierre eléctrico.

Tan evidente como el salto estético de la carrocería, es el upgrade que se observa al interior del nuevo RAV4, el cual transmite una percepción de calidad bastante mayor a la que incluso se tiene costumbre de Toyota. La materialidad y acabados de los asientos, puertas y tablero resultan agradables a la vista y al tacto.

Decir, eso sí, que su sistema multimedia, el cual alberga una pantalla táctil de ocho pulgadas de buena respuesta y fácil uso, no está al nivel de algunos de sus rivales. Ni en calidad, ni en conectividad, pues no es compatible ni con Apple CarPlay, ni Android Auto.

Lo bueno es que apuesta por combinar lo táctil con mandos físicos, pudiendo evitar así distracciones a la hora de manejar. Igual de positivo resulta la disposición de cinco puertos USB (tres delanteros y dos traseros) y carga inalámbrica para teléfonos móviles.

Probamos la versión tope de línea del Toyota RAV4, equipada con un sistema de propulsión híbrida, que nos dejó un gran sabor de boca. Partiendo porque la aguja del combustible casi no se movió, ofreciéndonos un consumo de 17 km/l en ciudad, a una velocidad moderada e incluso hundiendo un poco el acelerador.

La efectividad de este sistema -equipado con un bloque de 2.5 litros asistido por otro eléctrico, que en conjunto erogan 219 Hp- se combina con un manejo silencioso y confortable, muy confortable, el cual, además, a la hora de pisar el acelerador reacciona al instante, sin ningún tipo de retardo.

Es decir, si bien prima la suavidad en la manera de entregar la potencia, en caso de acelerar con decisión, la respuesta es inmediata y contundente, lo que se debe principalmente a su fuente eléctrica.

La puesta a punto de la suspensión también es destacable, pues ofrece un confort de marcha muy estable, sin movimientos exagerados de la carrocería. Cuando se pasa por baches, los absorbe de manera eficaz, sin que nuestro cuerpo resienta golpeteos. Sorprende también lo bien que trabaja en curvas.

En modo Sport cambia el mapeo del acelerador y la forma en que funciona la transmisión, haciéndola sentir más responsiva. En tanto, que en modo Eco altera la performance para ofrecer un aun mayor ahorro de combustible.

No hay duda que el Toyota RAV4 ganará nuevos adeptos en su quinta generación.

• Motor: 2.5 litros + eléctrico
• Potencia: 219 Hp
• Torque : 221 Nm
• Caja: CVT
• Tracción: AWD
• Largo: 4.600 mm
• Maletero: 580 litros
• Precio: $ 28.990.000

Habitabilidad, capacidad de carga, confort de marcha, eficiencia de combustible y equipamiento de seguridad de serie que lo hicieron acreedor de 5 estrellas en las pruebas de impacto de LatinNCAP.

Sistema multimedia no compatible ni con Apple CarPlay, ni Android Auto. Además de un precio restrictivo para un público masivo.