Tras el escándalo de Irregularidades en pruebas de homologación, Toyota se ha comprometido con las autoridades japonesas a fortalecer la supervisión de la certificación de sus vehículos. Todo ello con el objetivo de evitar futuras sanciones y recuperar la confianza de las autoridades y los consumidores.
Así, la firma nipona anunció que tomará diversas acciones para mejorar sus procesos de producción. Entre estas iniciativas se encuentra una mayor participación de los gerentes en el ensamblaje, la asignación de más personal a tareas de certificación y la aclaración de las responsabilidades de puestos específicos, como el de ingeniero jefe.
Impacto en la producción y ventas
A principios de junio, Toyota reveló que siete de sus modelos vendidos en Japón se vieron afectados por las irregularidades en las pruebas de seguridad. Como consecuencia, la compañía debió paralizar la comercialización de tres de ellos: el Corolla Fielder, el Corolla Axio y el Yaris Cross.
Según informes de los medios japoneses, este escándalo podría reducir la producción global anual de Toyota en aproximadamente 500.000 vehículos, de los 11 millones que la compañía vende anualmente en todo el mundo. Esta caída en la producción podría tener un impacto significativo en los resultados financieros de la empresa y en su posicionamiento en el mercado global.