Decidir la compra de un auto puede ser un proceso muy complejo para quienes no tengan absolutamente claro cuál es el vehículo que desean.
El presupuesto siempre será el factor clave a la hora de establecer una lista de modelos a los que se puede acceder, pero no debe ser el único, puesto que también debe considerarse de suma importancia el uso que se le dará al vehículo, cuántas personas viajarán habitualmente en su interior, entre otros aspectos.
Otra duda que surge al momento de la compra es el relacionado con la transmisión. Gran parte de los vehículos que se venden actualmente ofrecen la posibilidad de llevar una caja manual o automática, existiendo en la mayoría de los casos una diferencia de precio que puede ser el primer escollo que sortear.
Por ejemplo, hace unos días se estrenó en Chile la versión de 5 puertas de Suzuki Jimny. Llegó al país en dos versiones, las que se diferencian exclusivamente por el tipo de transmisión: manual a $ 17.590.000 y automática a $ 19.590.000. Así, pese a que una persona se incline por la caja sin embrague, hay ocasiones en que se debe optar a lo que diga el presupuesto.
Eso sí, no siempre la diferencia entre ambas alternativas es tan elevada. En un Kia Rio 5, por nombrar un vehículo masivo, la distancia entre variantes similares es de $ 1,2 millón y en otros modelos puede ser incluso hasta menos de un millón de pesos.
Entonces, dejando de lado el tema del presupuesto, ¿qué se debe considerar al momento de preferir un tipo de transmisión sobre otra?
Para contextualizar, Chile es un mercado donde todavía las cajas manuales superan a las automáticas. Considerando todos los segmentos, según cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (Anac), el año pasado se vendieron casi 40 mil unidades más de modelos con transmisión mecánica.
La distancia en repartición de mercado. Y es menos en segmentos más específicos, como los SUV, donde la caja automática es la predilecta.
Pero para saber qué escoger, lo primero es entender la diferencia de funcionamiento entre ambas opciones. Según indica DFSK, “los autos automáticos pasan los cambios de marcha de forma autónoma, evitando que el conductor realice otra acción más que mover la palanca para avanzar o retroceder. Por su parte, los autos manuales requieren el uso de un pedal de embrague que conecta la caja de cambios con el motor. Este embrague debe manipularse de forma sincronizada con el movimiento de la palanca, lo que demanda concentración y habilidad motora; algo que puede incomodar a algunos perfiles de usuarios”.
Estas distinciones derivan que exista diferencias desde la forma de arrancar el auto, a los cambios de velocidad y la misma detención del vehículo, precisa la compañía en su sitio.
Ahora, al momento de manejar, es donde asoman las grandes diferencias y acá lo esencial es que el conductor esté consciente de qué es lo que más le acomoda, ya que el manejar no debe ser algo tortuoso, sino una buena sensación.
Es por eso que, para algunos usuarios, la manipulación de una caja manual puede ser más complicada, ya que se debe mover la palanca, lograr que los engranes entren de manera suave, tener presionado el pedal de embrague para que no se sienta el sonido de la caja forzándose (con un chirrido que llega a doler).
Con una caja automática todo se hace más simple. Se ocupa solo un pie (no frenar con el izquierdo) y el tren motriz se encarga de ir pasando los cambios.
Sobre estas diferencias, Pablo Ahumada, instructor técnico de Suzuki Chile, comentó que “la performance de ambas cajas es un tema que va de la mano con el gusto del cliente. Muchos dicen ‘a mí me gusta una caja manual porque siento que anda más rápido’. En realidad, la performance es muy similar en ambas cajas, a pesar de que una pueda tener cuatro velocidades (automática) frente a una de cinco marchas (manual)”.
El especialista ahonda también en otro punto importante, relacionado con el de los costos de mantenimiento.
“Tiempo atrás estaba este mito de que una caja automática era carísima por los temas de de reparación. Hoy en día, si bien es más cara que una caja mecánica, duran bastante más que antes, y tenemos vida útil por sobre los 200.000 km sin problema”, precisa Ahumada.
En cuanto al consumo, el instructor técnico de la firma japonesa comenta que “es ligeramente superior el de la caja automática, pero te ofrece las ventajas que hemos mencionado”
Como indica Ahumada, la variación en el consumo es algo superior en las automáticas, debido a que es el vehículo el que va controlando las rpm a las que se mueve el vehículo y en ocasiones puede forzarse en demasía, frente a una transmisión manual donde el conductor lleva las riendas y puede ir logrando más eficiencia al no permitir que escalen las rpm en el tacómetro.
Para tener más claridad sobre el tema, compartimos un comparativo que se puede ver en el sitio Autofact, con los pro y contra de la transmisión manual o automática.
Transmisión automática | <b>Transmisión manual</b> | |
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Practicidad | Solo utiliza pedal del acelerador para pasar cambios. | Utiliza embrague y palanca de cambios para pasar de marchas. |
Dominio | Menos control de este factor, todo lo asiste la electrónica del auto más que el piloto. | Mayor control de potencia y velocidad. Cuando necesitas ‘picar’ o adelantar en carretera se nota. |
Durabilidad | Se utiliza menos, más vida útil. | Todo el tiempo hay que pasar cambios, lo que más se resiente es el embrague. |
Mantención | Más caro y complejo. Sin embargo, esa brecha es cada vez menor. | Más barato que el automático. Sin embargo, esa brecha es cada vez menor. |
Usabilidad | Mejor para tráfico y ciudad. Cómodo en carretera. | No es tan cómodo para ciudad, pero controlas mejor el desempeño. Para jeepear, sin dudas es mejor el mecánico. |
Costos | Suelen ser autos más caros de comprar y generalmente consumen algo más de bencina. Esto se produce. en parte. porque el automático controla por sí mismo las revoluciones del motor. | Suelen ser más baratos, consumen menos bencina, porque uno puede elegir cuándo cambiar de marchas. Para quien gusta de manejar, pasar cambios es parte del juego. |
Desgaste | Más desgaste en frenos que deben actuar solos al momento de detenerse. No hay ayuda de la clásica acción de “frenar con la caja” | Más desgaste del embrague por utilizarlo para cada cambio de marchas. También se desgasta al ayudar al frenado con la caja de cambios. |
En consecuencia, la decisión pasará obviamente primero por el presupuesto del usuario, pero luego debe tomarse en consideración el estilo de manejo, lo que se prioriza cuando está al volante y si prefieres ir con el vehículo más controlado o tomando más acción.