“Si las fotos finalmente no hacen juicio de lo hermoso que es este auto, entonces prefiero que la nota no aparezca. Estaríamos matando esta historia”. Es la advertencia de Martín Durruty (RoadTripMD.cl), empresario que hace unos meses trajo al país un Triumph TR250 fabricado en Reino Unido en 1968, deportivo al que protege como si fuera el curador de la obra más preciada.
"Un auto es la expresión de un pueblo. Por eso uno de los 60 es diferente de otro de los 70, y uno de los 70 distinto a uno de los 80. Los autos ingleses son de un look, los americanos de otro y los alemanes también de otro... Tú tomas un Mercedes-Benz y un Cadillac, ambos de la posguerra, y sabes perfectamente quién venció. El Mercedes es un auto chico y sin brillos... y un Cadillac es un vehículo kilométrico, con aletas, lleno de cromados... Son manifestaciones de un minuto en la historia".
» Lo mejor de dos mundos
Durruty cuenta que la elección de este Triumph -conocido en Europa como TR5- se dio luego de varios análisis. "Mi cliente quería un auto con buen handicap para el Rally 500 km Sport. Buscaba también algo inédito en Chile, para aportar al patrimonio", explica. Este apasionado por el mundo motor recalca que el TR250 es, en resumen, lo mejor de dos mundos.
A mediados de los 50, la extinta Triumph Motor Company se aventuró en la arena de los deportivos, dando vida a la exitosa línea TR, de motores más bien pequeños en configuración de cuatro cilindros.
Entonces, ¿qué hace especial a este TR250? Una serie de coincidencias. A mediados del 60, Triumph innovó con el sistema de suspensión independiente para el eje trasero, una técnica que ya era aplicada por Jaguar, aunque en un nicho de mayor precio. Esto permitió un mejorado handling al TR4, el primero en recibir esta tecnología.
Asimismo, el propio TR4 fue un punto de inflexión: nació de la mente del italiano Giovanni Michelotti, hombre que se había puesto al servicio de Ferrari y Maserati. "Era un tipo apasionado e independiente, el Picasso del diseño automotriz. Es como si hoy una periodista de matinal consiguiera que Versace le hiciera un vestido", dice este investigador que sitúa a Triumph como un pequeño bien plantado en territorio de gigantes.
La última casualidad vino tras la alianza con Karmann a fines del 60, concebida para triunfar en Norteamérica. "Los alemanes dijeron 'no se preocupen. Tienen un auto (el TR4) de ingeniería bien hecha. Vamos a hacer solo un facelift, pero tan potente que será como otro auto'. Así nació la evolución TR6 en 1969, con cola y trompa nuevas. Otro bombazo ya con motor de seis cilindros con carrera de pistones larga", explica.
¿Y dónde quedó el TR5? Apenas se fabricó en 1968 para dar paso al TR6, que apareció como un coche más moderno. "También fue un éxito en EE.UU., pero este, el TR5, quedó huacho". Hoy esa misma 'falta de modernidad' que lo condenó a la extinción, eleva los bonos de un deportivo pensado para las trabadas rutas inglesas y que es el último en llevar la firma del genio Michelotti.
El eslabón perdido de Triumph está en Chile. MT
Ficha técnica Triumph TR250:
Motor: 6 cil. / 2.498 cc - Potencia: 113 Hp - Torque: 206 Nm - Tracción: trasera - Transmisión: MT4 - Largo (mm): 3.902 - Ancho (mm): 1.470 - Alto (mm): 1.170 - Peso (kg): 982 - 0 a 100 km/h: 10 segundos - Vel. Max.: 190 km/h