Los clubes de autos y motos aumentan cada día en nuestro país. Desde agrupaciones relacionadas con históricos modelos a grupos que se juntan para mantener y compartir información de nuevos modelos, lo cierto es que se convierten en un espacio donde las personas encuentran una identidad.
Uno de clubes que lleva años en nuestro país es el Vespa Club Santiago. La agrupación que gira en torno a las clásicas motonetas que surgieron durante la posguerra cumple 20 años tendrá mañana un nuevo paseo por Santiago y se ilusiona con un mayor crecimiento a futuro.
El origen del Club es llamativo y es como si hubiese salido de las películas italianas. Según nos cuenta Juan Crisóstomo, presidente del Vespa Club Santiago, “todo partió por nuestro socio vitalicio Radislav Biskupovic, por el gusto que tenía hacia las Vespa. En los años ‘90, él se comunicó a través de cartas con la marca Piaggio en Italia para traer algunos repuestos y le comentaron la idea de formar un club”.
Pero la pasión que demostraba Biskupovic no se quedaba en Chile. “En sus viajes, hizo contacto con otros clubes Vespa, como el de Argentina, donde estaban más organizados y empezó a viajar a Córdoba, Mendoza, San Juan. Iba solo y cruzaba la Cordillera en representación del Vespa Club Santiago, que ya estaba formado, pero que tenía solo un integrante. Así partió todo y con los años se fueron sumando más personas, más vespistas”, recuerda Crisóstomo.
El Club es medianamente pequeño. Según el presidente de la institución, tienen cerca de 25 integrantes, pero están abiertos a recibir “a cualquier persona que tenga una Vespa y que tenga espíritu de grupo, de viajar, de compartir, de integrar un grupo ameno y simpático. No tenemos mayores restricciones”, dice.
La calidez es la principal carta de bienvenida. Con paseos mensuales, se han acostumbrado a compartir y disfrutar de sus Vespa y para cada reunión “nos juntarnos en un punto en común, en las mañanas, y salimos a una ruta previamente fijada. A veces paramos a tomar desayuno, otras veces a almorzar y luego viene una importante sobremesa, donde conversamos, compartimos y lo pasamos bien. En ese almuerzo se programa la ruta para el próximo mes”, comenta Crisóstomo, quien agrega que todavía deben decidir cómo celebrarán los 20 años del Vespa Club Santiago.
Pero, al margen del gusto de manejar y de reunirse, ¿qué los une y los mantiene como un club? Según el ejecutivo, es un tema emocional, tal como hace unos meses explicó el director de la película Luca cuando se le consultó por la elección de la moto.
“La Vespa tiene recuerdos de la infancia de todos nosotros. Cuando hablamos de esto, todos dicen que tienen relación desde niños, con alguna conexión en el pasado, una etapa que nos recuerde bienestar. Hoy a los más millenials le gusta el estilo italiano, la comodidad y lo fácil que es conducirla. Pero una Vespa representa tiempos buenos y eso es lo que nos une como Club”, finaliza Crisóstomo.