Diseño italiano, estampa inmortal, generadora de afectos, práctica, versátil, automática, frenos ABS, 30 kilómetros por litro… Una semana fuimos dueños de la Vespa VXL, que en Chile se presenta con otro plus además de los mencionados: es inyectada y deja atrás sus tiempos de carburador. ¿Algo más? Su valor de poco más de dos millones y medio de peso la convirtió en un hit de ventas y se la pasa agotada y los interesados haciendo reserva conforme se van anunciando los nuevos embarques.
Bueno, el fabricante italiano que creó esta icónica Vespa cobra por lo suyo y el salto en precio al siguiente modelo se pone cerca de los cuatro millones de pesos. He ahí, por tanto, y por lo resumido, que esta Vespa VXL año 2021 es grito y plata.
Con motor de 150 centímetros cúbicos y un origen de procedencia desde India, sabe sumar atributos para erigirse como un estiloso, práctico y eficiente transporte urbano.
Fuimos dueños postizos por más de una semana, lo cual nos permitió formarnos una idea cabal de su entrega y aporte tanto a nuestras necesidades de traslado, como también del beneficio emocional que representa andar en un vehículo de dos ruedas tan trascendente como la Vespa.
El motor monocilíndrico es inyectado y con esto marca una gran diferencia con su pariente anterior carburado, lo cual lo convierte en un ejemplar bastante atípico en su especie. Entrega poco más de 10 caballos de fuerza que mueven con soltura y muy bajas vibraciones la estructura de 115 kilos. El par motor de este scooter automático es de 10 Nm. Es decir, agilidad asegurada, garantizado.
En subida por la Costanera y acompañado por mi esposa que pesa 52 kilos alcanzamos una velocidad máxima de 78 km/h. Solo, en bajada, la Vespa VXL 150 se acerca a los 100 km/h.
Este dato es decisivo para poder entrar sin complejos a autopistas de alta velocidad. La rueda delantera crece a un diámetro de 11 pulgadas y lo mejor de todo es contar con frenos ABS, lo que acrecienta la sensación de seguridad que transmite el modelo. De hecho, su frenada es muy eficaz y sin deslizamientos.
La Vespa VXL resulta práctica para portar cosas debajo del asiento, aunque no aguanta un casco integral. Me gustó la guantera frontal y sobre todo un ganchito, en la punta del asiento, que afirma una mochila que puede ir entre nuestras piernas durante los trayectos.
Si bien me hubiese gustado que tuviera estriberas para el pasajero, su diseño deja un espacio para que nuestro acompañante acomode bien sus pies. A mi esposa, en todo caso, no le agradó esta parte de la moto.
Su consumo óptimo alcanza los 35 kilómetros por litro, pero jamás bajará de los 30 kilómetros por litro y su estanque puede albergar 7,4 litros de combustible de 93 octanos.
La altura es de 77 centímetros del asiento al suelo, y esto la convierte en ideal para cualquier usuario, independiente de su estatura. Ni hablar de las ventajas de sus formas compactas y su esbelta anchura de 69 centímetros, lo que la faculta para ser una reina del desplazamiento entre espacios reducidos o escapar prontamente de un taco.
En la reflexión final, la constatación de que esta genuina Vespa, con su ADN italiano y finos detalles cromados, nos trae su tradición originaria y con ella el afecto y admiración que provoca a su paso. Sobre todo, el elegante gris perla de este ejemplar, que ha sido uno de los primeros en agotar las preferencias de los consumidores.