Nadie podría haber previsto la magra campaña de Sebastian Vettel en la actual temporada de Fórmula 1, junto con Ferrari. El alemán tetracampeón con Red Bull marcha 13º en la clasificación de pilotos (16 pts.) y el domingo recién pasado selló en Bélgica el peor resultado de los autos rojos en una década: terminó 13º y su compañero Charles Leclerc fue 14º. Pero lejos de lo deportivo, Sebastian Vettel sí podrá celebrar algo luego de haber adquirido el histórico Williams campeón de 1992.

Se trata del FW14B diseñado por el ingeniero Adrian Newey y que permitió al británico Nigel Mansell consagrarse como monarca en la temporada 1992. Ese año, el ’león’ inglés consiguió vencer en nueve de las 16 pruebas y el auto se anotó 10 victorias, si se le agrega la que logró Riccardo Patrese en Japón. La unidad está propulsada por un motor Renault RS3C V10 de 3.5 litros.

Entre sus grandes atractivos está precisamente el hecho de haber sido un auto muy dominador en su época, principalmente debido a la alta ingeniería aplicada en su sistema de tracción y suspensión. Se desconoce cuánto dinero pagó el piloto alemán, pero con seguridad es una cifra mayor de los € 3.02 millones en que se había subastado esta misma unidad en 2019.

Coincidentemente, este monoplaza pilotado por Nigel Mansell lleva el número 5, mismo dígito que identifica hoy a Vettel.