El sector turístico es uno de los motores económicos del mundo, que en 2019 representó el 10,4% de la economía global, con 319 millones de puestos de trabajo, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC). Es, a la vez, uno de los más sensibles a desastres naturales, atentados, revueltas sociales y pandemias.
Una larga lista de adversidades, a la que ahora se suma la crisis causada por el Covid-19, probablemente la peor de todas, pues ha azotado por igual a todos los estratos de esta industria, la cual de a poco hoy comienza a levantar cabeza en medio de una “nueva normalidad”.
AEROPUERTOS: el cambio de hábito a la hora de volar
Hubo un tiempo en no era necesario sacar el computador de su funda, ni tampoco quitarse los zapatos y el cinturón. Incluso, hubo una época en que se permitían románticas despedidas en las puertas de embarque de los aviones. El punto de inflexión fue la conmoción internacional de los atentados del 11S. Entonces, se comenzaron a mirar con lupa las medidas de seguridad en los aeropuertos, poniendo a disposición de ella máquinas de rayos X, detectores de armas y explosivos, y escáneres corporales.
Hoy todo esto nos parece normal, es parte de la rutina a la hora de viajar. Y, seguramente, así nos tomaremos en un tiempo más los nuevos protocolos de seguridad y sanitarios con los que ahora se hace frente al coronavirus, nuestro nuevo enemigo mundial.
Tanto aeropuertos como aerolíneas están comenzando su reactivación gradual, bajo nuevas pautas de convivencia y seguridad sanitaria. Entre las medidas dispuestas en el aeropuerto de Santiago, por ejemplo, se anotan marcadores de distanciamiento físico, mesones de cobre en counters, controles de temperatura, dispensadores de alcohol gel y sanitización de buses de acercamiento.
Por otro lado, China ya está aplicando un certificado sanitario digital, a través de teléfonos móviles, con un código QR, el cual se puede obtener tras una prueba médica.
A bordo del avión las preocupaciones se extreman, más allá de que aún esté en discusión la opción de dejar vacío el asiento del medio. Hoy, todos apuestan por una exhaustiva desinfección de la cabina, junto con una protección especial para la tripulación. El uniforme de Emirates, por ejemplo, hoy suma una bata protectora desechable, visera de seguridad, mascarillas y guantes.
Esta aerolínea también modificó sus servicios a bordo, ofreciendo alimentos y bebidas en forma de cajas de estilo bento para reducir el contacto entre la tripulación y los clientes. A estos últimos, en Dubái, se les realizan test rápidos de Covid-19 antes de abordar, con resultados listos en 10 minutos.
Todos han optado también por retirar revistas y otros materiales de lectura disponibles en el avión y prohibir el equipaje de mano, permitiendo solo computadores, artículos de bebés, carteras y maletines.
HOTELES: la nueva hotelería Covid Free
¿Qué prefiere: un recepcionista con mascarilla, guantes y traje sanitario o un servicial robot de cara sonriente? El día a día de los hoteles de todo el mundo va a cambiar con la crisis del coronavirus. Y para ello, el uso de tecnología más vanguardista se presenta como alternativa con el fin de evitar el contacto humano.
Según expertos, los robots y tótems, bastante comunes en Asia, serán bienvenidos en este período coyuntural, para aportar seguridad y confianza al cliente durante su llegada y estadía. Asimismo, se apostará por el check-in online y el reconocimiento biométrico a la hora de registrarse y entrar en la habitación, cuya “llave” estará descargada en el propio móvil del huésped.
Se espera que la domótica también juegue a favor de aquí en adelante, posibilitando, por ejemplo, el encendido y apagado de luces o la televisión mediante la voz y sin necesidad de tocar mandos o interruptores. Un verdadero plus en estos tiempos.
Así como en aeropuertos y aviones, la limpieza y seguridad sanitaria deberán ser ley en los hoteles, los cuales podrán certificarse como Covid Free. De ahí, entonces, que se implementarán nuevas y más estrictas medidas de higiene, convirtiéndose estas en un factor diferenciador. Algunos ya piensan en cambiar el mobiliario por uno antibacteriano. Lo que sí ya es un hecho es que desde ahora en adelante, el huésped encontrará mascarillas y geles desinfectantes en su habitación, pues estos insumos se sumarán al clásico paquete de amenities conformado por el champú, el jabón y el cepillo de dientes, entre otros.
Sin ir más lejos, hace unos días el grupo Marriott anunció que empleará pulverizadores electrostáticos con desinfectante de grado hospitalario, así como también que reordenará las áreas comunes, con el fin de fomentar el distanciamiento físico.
Finalmente, los restaurantes reducirán mesas y los bufés, con toda la comida a ojos y manos de los comensales desaparecerán, aumentando los desayunos continentales, la oferta a la carta y el room service. Los huéspedes podrán comer en la sala de desayunos, llevar la comida a sus habitaciones o sacarla del hotel, pero ya no preparar sus waffles.
AGENCIAS DE VIAJES: Apuesta por el turismo de proximidad
Así las cosas, la “nueva normalidad” traerá consigo la transformación del escenario turístico mundial. De que se viajará, se viajará, eso nadie lo duda, pero bajo otras condiciones, seguro.
Organizar un viaje de forma independiente e improvisado, por ejemplo, no será opción en el corto plazo. Menos aun cuando hoy vemos lo imposible que resulta recuperar el dinero pagado en portales web en países de destino.
Asimismo, se cree que aumentará el turismo de proximidad, hacia destinos cercanos al lugar de residencia y no masivos, lo que podría resultar una oportunidad para el desarrollo de lugares menos turísticos.
“Efectivamente, las personas van a ser más conservadoras y precavidas al momento de viajar y hacer turismo, pues no se van a arriesgar a que el contagio ocurra en otro país que no sea el propio”, señala Helen Kouyoumdjian, vicepresidenta de la Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur).
De ahí que la figura del agente de viajes cobrará especial valor en estos tiempos. “Al haber un grado de temor e incertidumbre importante, claramente los turistas van a solicitar mayor información al momento de tomar la decisión de si viajar o no y bajo qué condiciones, buscando disminuir los riesgos”, acota Kouyoumdjian.
En un entorno sujeto a posibles rebrotes y cierres de fronteras temporales, los seguros de viajes cobrarán mayor importancia y las compañías aseguradoras usarán este escenario para ofrecer productos adaptados a los nuevos riesgos, en un mercado que estará muy dispuesto a pagar un poco más a cambio de una mayor tranquilidad.
Las agencias de viajes se adaptarán para incorporar servicios de atención al cliente 24/7. Asimismo, sus condiciones de cancelación se verán flexibilizadas, pues la garantía de que el cliente y su dinero estén cubiertos en caso de una nueva emergencia será cada vez más importante. Finalmente, los contratos de prestación de servicios evolucionarán para reflejar con mayor detalle y claridad las condiciones y los riesgos cubiertos. Quizás será el fin de la letra chica. MT