Volkswagen Amarok V6: Juguemos a andar en un deportivo…
Después de una larga espera, la marca alemana concretó el estreno local de su Amarok más radical. Con los carteles de estar movida por un motor turbodiésel de seis cilindros en V y ser ahora la camioneta más poderosa del segmento, la pusimos a prueba para hacerle check a lo mucho que afuera hablaban de ella. Qué era y qué no…
La camioneta mediana más poderosa y torqueadora. Esas son las premisas de las que hace gala la VW Amarok V6 llegada a Chile la segunda mitad de 2020 y que, de algún modo, ha contribuido a despeinar un nicho hasta hace poco enfocado de lleno al trabajo. Pero, ¿dónde estaba escrito que las medianas no podían sumar diversión?
Con ello bien entendido, llegó la hora de ponerse al volante de esta Amarok con motor turbodiésel de seis cilindros (la convencional es de cuatro). En el papel sus características ponen alegre a cualquiera que vaya a pasar una semana con ella: tracción integral, 224 caballos y un bestial torque de 550 Nm. Vamos viendo…
Lo primero que llama la atención, son los sutiles cambios estéticos respecto de la Amarok tradicional: junto con las llantas deportivas de 20″ y una barra antivuelco elegante que sí destacan, apenas lleva unos pequeños loguitos ‘V6’: el primero a un costado de la grilla y, el otro, en la parte baja del portalón. ¿Malo? Para mí, ideal. Si lo importante debe ir por dentro.
Una vez en el puesto de conductor, la primera impresión es la de estar a los mandos de una pick-up cómoda, en líneas generales. El volante de ajuste telescópico, la palanca y el tapiz son de cuero. Las butacas, por su parte, de posicionamiento eléctrico y con almohadillas lumbares resultan muy confortables y brindan buen agarre cuando se requiere. Pero no todo es tan perfecto: el tablero, si bien se siente súper firme y compactado, parece -al menos por textura- venido de un segmento inferior. No hay materiales blandos, ni siquiera en la bandeja cerca del parabrisas. De este modo, dejar un lápiz o una agenda encima es asegurarse un golpeteo constante. La pantalla también podría ser más grande (es de 6,3″) y la cámara trasera, de mejor resolución.
¿Otro punto flaco? El pobre espacio para las plazas de atrás, que es muy ajustado y que obliga a alguien de mediana estatura a ‘guardar’ los pies por debajo de las butacas delanteras si es que no quiere toparse las rodillas.
A arrancar…
Al ponerse en marcha, otra vez la sensación es como haber bajado sin razón de categoría (vale casi $ 40 millones) o al menos de haber vuelto cinco años atrás. Cuesta creerlo, pero la Volkswagen Amarok V6 solo tiene arranque con llave.
Salvada la sorpresa, bastan unos pocos kilómetros para notar la buena insonorización de la cabina. El interior se percibe hermético e incluso el ronquido del motor turbodiésel V6 3.0 litros se hace imperceptible la mayoría del tiempo. Un punto frente a la mayoría de las camionetas medianas ‘atractoradas’.
La suspensión es otro factor para destacar. Tachas, reductores de velocidad y alguno que otro ‘evento’ pasan colados como una mera junta de pavimento.
Puesta en la autopista, las sensaciones son sí rotundamente satisfactorias. La caja automática de ocho relaciones escala sin acusar y el motor entrega fuerza y potencia desde bien abajo. Tan sobrada se percibe la combinación de motor y caja, que en el modo absolutamente automático (también tiene levas al volante) la Amarok V6 alcanza los 120 km/h sin pasar de las 2.000 rpm: es apenas un trote para esta pick-up, que, además, se aploma en curvas con la naturalidad que solo la tracción integral (4Motion la llama VW) confiere.
También tuve oportunidad de testearla en un 0 a 100 km/h, en zona segura. No tiene botonera ni rueda de modo sport, porque la apuesta es que la Amarok V6 está en todo momento dispuesta para rendir al máximo. Alcanza los 100 km/h en casi 10 segundos (la marca declara 8s), aunque lo más increíble es cómo vuelve desde esa misma velocidad hasta el ralentí. La Amarok V6 da un verdadero palo a la inercia y se detiene en cerca de tres segundos, en 40 metros y sin acomodos inesperados ni saliéndose de trayectoria (por el tipo de detención las luces de emergencia se encienden automáticamente). Alguna vez me lo comentó un piloto mexicano: “en autos potentes, los frenos deben serlo al menos el doble”. Cualquier vehículo acelera, pero no cualquiera frena, decía, como marcando la línea divisoria entre deportivos en serio y otros aspirantes. Aquí se palpa esa ambiciosa filosofía.
En suma, el andar de la Amarok V6 es el de una pick-up deportiva propiamente tal. Excelentemente afinada a nivel de ingeniería, habría que cometer un error demasiado garrafal para sentirse inseguro. Quien quiera divertirse va a encontrar siempre las respuestas en esta camioneta de espíritu salvaje. ¿Sus únicos pecados? Lo dicho: que a nivel de equipamiento, más por lo que le falta que por lo que tiene, los años se le notan… y es verdad que a Chile llegó bastante rezagada, pero no queríamos que fuera tan evidente.
Ficha técnica Volkswagen Amarok V6 Highline | |
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Motor | V6 TDI 3.0 litros VGT |
Potencia | 224 Hp |
Torque | 550 Nm desde 1.400 rpm |
Caja | AT8 |
Tracción | Integral 4Motion |
Frenos: | Discos ventilados, 170 mm adelante y 160 mm atrás |
Velocidad máxima | 195 km/h |
Capacidad de carga | 1.035 kg |
Pantalla | táctil de 6,3″ |
Procedencia | Argentina |
Precio | $ 37.990.000 IVA incl. |
A favor:
El notable andar en todos los caminos y a todas las velocidades. La tracción 4Motion que contribuye a movimientos más seguros.
En contra:
El equipamiento desactualizado en términos de apertura y arranque del vehículo. En infoentretenimiento la pantalla es demasiado pequeña y la cámara trasera tampoco se destaca por resolución. Al portalón hay que ‘sacarle’ llave.
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