A fines de 2018, con un mundo menos virulento que hoy, me tocó viajar a Brasil para el destape regional del Volkswagen T-Cross. Era el inicio de una nueva era para la añosa filial de ese país, que por primera vez pasaba a ensamblar los populares SUV (en Chile lideran desde antes de la pandemia, incluso), después de décadas creando camionetas chicas y autos tan insignes como el propio VW Escarabajo.
Y no hacía falta demasiada intuición para suponer que el citado T-Cross era apenas el comienzo: tres años después Volkswagen do Brasil introdujo el Nivus, una especie de nuevo giro de tuerca en los familiares, que lleva la etiqueta de ‘SUV Coupé’ para capturar las nuevas tendencias. Suena paradójico, pero es como decir ‘es un SUV con menos look de SUV’… Después de que hace algunos meses tuviéramos oportunidad de una primera toma de contacto, ahora lo condujimos para vivirlo en el día a día.
Por fuera
Todo entra por la vista. El Volkswagen Nivus, el primero de los modelos regionales en llevar el nuevo emblema ‘VW’, luce una imagen fresca y atlética, en gran medida dada por luces LED automáticas que se perciben muy elegantes, por llantas bitono de 17″ y, sobre todo, por una carrocería con línea de cintura marcadamente ascendente y un techo cayendo en forma de caparazón. El conjunto termina por proyectar un estética muy de tintes sport.
Puertas adentro, queda de manifiesto inmediatamente el ADN de Volkswagen. Ya sea por las formas de un volante grueso de cuatro radios, de la palanca de cambios o el comando de luces tan particular de VW (en forma de rueda y ubicado al costado izquierdo del volante), nadie podría sentirse en otro vehículo que no sea del Grupo Volkswagen (para incluir también a Audi, Seat y Skoda).
Así también, los materiales blandos no abundan en el interior, ni menos en el tablero. Solo el apoyabrazos de las puertas tiene una franja emblandecida para un apoyo más cómodo del codo. Sí resultan mejor trabajadas las superficies del volante en piel y la mencionada palanca de cambios.
También es destacada la interfaz de la pantalla central táctil de 10″, que se parea de forma remota con Apple iOS, facilitando el acceso a las aplicaciones más utilizadas, como la música o Google Maps. Para muchos, hoy esa especie de Dios es nuestro copiloto y siempre será bueno tenerlo ahí desplegado a pantalla completa.
Dos cosas que podrían mejorarse son, una, que por más bien que trabaja la central de infoentretención, no cuenta con perilla ni botones físicos que faciliten su uso sin desviar la mirada, y dos, que el útil recoveco diseñado para depositar el teléfono -que es acolchado en goma- no tenga sistema de carga inductiva. El panel de instrumentos también descansa en un display de 10 pulgadas, que ofrece información importante al conductor -como la presión de neumáticos, autonomía y consumo- y que se presenta con varias vistas para realzar uno u otro elemento. El diseño más clásico también está disponible, con un tacómetro a la izquierda y un velocímetro a la derecha.
Personalmente, lo que me pareció más destacado en el puesto del conductor, es que -más allá de que el volante se ajuste en altura y en profundidad-, el asiento sea también extremadamente confortable. Se puede setear manualmente con una altura particularmente baja para tratarse de un SUV y, además, el respaldo cuenta con buena sujeción lateral, lo que termina por crear una sensación de estar más al volante de un sedán o hatchback, que de un familiar común y corriente. De todos modos, el asiento puede igualmente subir para quien así lo prefiera, pero es indudable que conducir más cerca del suelo entrega sensaciones más emotivas.
Vamos a manejar
Una vez puesto en marcha, el pintoresco Volkswagen Nivus tenía la ‘tarea’ de responder a una de las interrogantes que muchos seguidores de MT Motores nos plantearon en Instagram y Facebook, cuando participamos de esa toma de contacto en marzo. “¿No quedará muy corto con el motor de 1.0T?”, escribió uno de ellos en @mtlatercera. Y es que es cierto que a priori suena como un propulsor pequeño para llevar encima la carrocería de un familiar, por más compacto que sea. Cinturón abrochado, palanca en Drive y a explorar…
En ciudad el feeling es satisfactorio. El motor 1.0 TSI de 114 Hp y 200 Nm no se siente en ningún momento ‘corto’ en su misión de mover al Nivus. Bien gestionado por la caja automática de seis marchas (es la única transmisión con que se comercializa en el país), asoma como un motor cumplidor ante las exigencias citadinas, incluso al moverse en las empinadas calles del sector de San Carlos de Apoquindo, con varios semáforos de por medio que obligan a detenciones a media labor. En ello seguramente influye que el máximo caudal de torque del motor está disponible desde 2.000 rpm.
En carretera, tampoco existe percepción de alguna falta de fuerza y, de hecho, al apurar un poco más el acelerador, el motor toma un sonido más ronco, sí; pero en ningún caso es que se quede: es decir, que no gane revoluciones o que las eleve pero sin traspasarlo a velocidad. Los 120 km/h en carreteras se logran con la aguja del tacómetro en 2.400 rpm, que no está nada mal para un motor bencinero ‘chico’ en los papeles.
El sistema de suspensión resulta un pelo áspero, pero es mucho mejor que en los viejos modelos brasileños que traían un seteo de amortiguación hecho casi para andar sobre una siembra. La dirección resulta particularmente agradable, porque tiene una dureza nuevamente en la línea de un hatchback juvenil. Fuera la sobreasistencia.
Un gran punto a favor en materia de conducción, es sin duda el alto estándar de seguridad de este modelo desarrollado y fabricado en Brasil. Adicionalmente a sus elementos de seguridad pasiva, como los seis airbags, se agregan a la oferta activa los controles de estabilidad y de tracción y un efectivo sistema de frenado de emergencia autónomo que salva de distracciones en la ciudad. Como siempre, al no detectarse intervención humana mediante el freno de servicio, el auto primero advierte con una alerta sonora y visual en el centro del panel, para luego, ante la nula respuesta del conductor, frenar automáticamente con la máxima potencia.
Marcha atrás, es necesario acostumbrarse a una visión más bien reducida, algo propio del diseño de portalón con luneta alta e inclinada que timbra el corte coupé. Para suplir esa falencia, se equipan sensores y cámara.
Y el espacio...
En cuanto a espacio interior, el Volkswagen Nivus también se lleva loas. Si alguien pensaba que la carrocería estilo SUV Coupé haría mella en las cifras volumétricas, lo cierto es que se equivocó. Los asientos traseros son muy cómodos, con una ergonomía en la medida justa para quedar algo hundido, con buen espacio para la cabeza y las piernas. Hay tres asientos con apoyacabezas y cinturones de tres puntos, y una doble salida de aire trasero, además de un único enchufe de carga USB. La plaza del medio es, como siempre, la menos confortable.
El espacio para los equipajes, que nuevamente podría pensarse es reducido como consecuencia de la caída más abrupta del techo, sorprende. A los números: guarda 415 litros.
En resumen, a mí -que no soy ningún fanático de los SUV, ni mucho menos- el Volkswagen Nivus me pareció un producto más que correcto. Dadas su posición de manejo baja, la dirección asistida en la medida justa y una combinación de caja y motor muy cumplidora, el nuevo SUV sudamericano se presenta como una interesante alternativa para los más reticentes al formato SUV, pero que empujados por las necesidades de una familia que crece, requieren de más espacio y de seguridad a prueba. El formato atrevido del Nivus gustó, y no por nada ahora Volkswagen tomó el molde para venderlo en Europa, rebautizado como VW Taigo.
Ficha técnica | Volkswagen Nivus Highline AT |
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Motor | 1.0 TSI de tres cilindros |
Potencia | 114 Hp |
Torque | 200 Nm entre 2.000 y 3.500 rpm |
Caja | AT6 |
Tracción | delantera |
Largo | 4.266 mm |
Ancho | 1.757 mm |
Alto | 1.493 mm |
Distancia entre ejes | 2.566 mm |
Maletero | 415 litros |
Pantalla | táctil de 10″ (conexión iOS y Android) |
Neumáticos | 205/55 R17 |
Origen | Brasil |
Precio versión testeada | $ 17.290.000 |