A fines de 2019, Volkswagen destapaba en Europa y ante una alta concurrencia el nuevo Golf de octava generación. Más tarde, en febrero de este mismo año, los alemanes dieron el siguiente paso cuando le quitaron el velo al tradicional Golf GTI, aquel heredero del GTI Mk1 de mediados del 70 que vino para inaugurar el subsegmento de los hot hatch. Ahora, Volkswagen termina la saga Golf con el que llama su buque insignia, el Volkswagen Golf GTI Clubsport de tracción delantera y 300 caballos de potencia.

Este modelo corresponde a un continuador del primer Golf GTI Clubsport lanzado en 2016, con motivo de los 40 años del citado VW Golf GTI precursor. Lleva bajo el capó un propulsor mejorado respecto del GTI a secas, y se gestiona mediante una caja doble embrague de siete relaciones que envía la fuerza a los dos ejes. En los números, el corazón 2.0 TSI es capaz de ofrecer 300 caballos y 400 Nm de par máximo.

Su mejores prestaciones en materia de potencia, se conjugan con upgrades ingenieriles como una suspensión que pone la carrocería 25 mm menos distante del suelo, en comparación a un Volkswagen Golf tradicional. La suspensión es de dureza no administrable y su enfoque está en el rendimiento en pista. ¿Llantas? Ligeras y de 18 pulgadas.