Polestar nació como la división de alto rendimiento de Volvo. Una rama capaz de explotar el lado más pasional del fabricante sueco. Sin embargo, con la llegada de la electromovilidad, la ahora firma de la estrella polar se olvidó de la combustión, para abrazar por completo al auto eléctrico.
Así Polestar se convirtió en una marca por sí sola, una más del Grupo Geely, al igual que Lynk&Co, Lotus y Volvo. Esta última, eso sí, seguía financiando a la firma de la que hablamos, pero los tiempos cambian y desde ahora ya no será así.
Volvo ha decidido cerrarle el grifo a Polestar y centrarse en el desarrollo de su propia marca. De esta manera, lo anunció durante la presentación de los resultados económicos del año 2023, en el que sus beneficios subieron un 43% hasta situarse en los 2.266 millones de euros.
“Geely proporcionará todo el apoyo operativo y financiero a Polestar a partir de ahora, y en consecuencia Volvo Cars dejará de aportar más financiación a Polestar”, reza el comunicado oficial.
“Ahora que nos embarcamos en la siguiente fase de nuestra transformación, que incluye inversiones a gran escala en la creación y adopción de nuevas tecnologías e instalaciones preparadas para el futuro, nuestra atención está en desarrollar Volvo Cars y en concentrar nuestros recursos en nuestro propio camino”.
“En consecuencia, estamos considerando la posibilidad de ajustar la participación de Volvo Cars en Polestar, incluyendo una distribución de las acciones entre los accionistas de Volvo cars. Eso puede resultar en que Geely Sweden Holdings se convierta en un nuevo accionista importante”.
Si bien Volvo ya no dará dinero a Polestar, la colaboración existente entre ambas marcas en materia de Investigación y Desarrollo, producción, ventas y red comercial, seguirá como hasta ahora.