Un suicida se inmoló en el exterior de un atestado centro de votación de la ciudad de Quetta, en el suroeste de Pakistán, y mató a 31 personas el miércoles durante las elecciones generales de las que saldrá el tercer gobierno civil consecutivo en la nación de mayoría musulmana.
El ataque en Quetta, la capital de la provincia de Baluchistán, dejó también 35 heridos, dijo el médico Jaffer Kakar, quien temía que la cifra de fallecidos aumente ya que muchos de los heridos están en estado crítico.
Un testigo que estaba esperando para votar, Abdul Haleem, dijo que vio como una motocicleta se dirigía hacia una multitud de electores segundos antes de la explosión. Su tío estaba entre los muertos en el ataque.
"Hubo un estallido ensordecedor seguido de una densa nube de humo y polvo y muchos llantos de los heridos", contó a The Associated Press.
Baluchistán se llevó la peor parte en la violencia registrada durante la campaña electoral. Antes este mes, un suicida se inmoló en un mitin y mató a 149 personas, entre ellas el candidato Siraj Raisani. Otras 400 personas resultaron heridas y las autoridades suspendieron la votación en esa circunscripción.
Citando motivos de seguridad, la comisión electoral anunció la suspensión de los servicios de internet y telefonía móvil en varios distritos de Baluchistán. El secretario de la comisión electoral, Babar Yaqub, dijo a reporteros el martes en la noche que se recibieron amenazas contra centros de votación, personal e incluso candidatos.
Horas antes, insurgentes arrojaron granadas y abrieron fuego contra un convoy militar que escoltaba a personal y material electoral en el distrito de Turbat, también en Baluchistán, matando a cuatro soldados. A petición de la comisión electoral, el ejército desplegó 350.000 soldados dentro y fuera de los centros de votación de todo el país.
También el miércoles, un tiroteo entre partidarios de dos partidos políticos rivales causó un muerto y dos heridos en una localidad próxima a la ciudad noroccidental de Swabi, según reportó la policía.
En algunos centros de votación de Islamabad y de la capital de la región de Punjab, se registró una intensa actividad al principio de la jornada y varios líderes políticos aguardaron su turno en la fila para presentar sus boletas. La televisora local informó de incidentes dispersos en los que la policía detuvo a personas que tenían papeletas ya marcadas.
Grupos de derechos advirtieron que la dura campaña electoral y las denuncias generalizadas de fraude ponen en peligro la débil transición hacia un gobierno democrático y auguran acusaciones de fraude tras los comicios.
Los principales aspirantes en las elecciones del miércoles son el exastro de cricket Imran Khan y su partido de centroderecha, Pakistan Tehreek-e-Insaf, y la Liga Musulmana de Pakistán, también de derecha y en la que militaba el exprimer ministro Nawaz Sharif, que cumple una condena de 10 años de cárcel por corrupción. Su hermano pequeño, Shahbaz Sharif, asumió el control de la formación.
En total, 105,96 millones de paquistaníes están llamados a las urnas para elegir a los 270 miembros de la cámara baja, la Asamblea Nacional, y a 577 legisladores en cuatro asambleas nacionales.
Este será el tercer gobierno civil consecutivo en la nación, que ha estado directa o indirectamente gobernada por militares durante la mayor parte de sus 71 años de historia.