Miles de estadounidenses conmemoraron este sábado el 60 aniversario de la Marcha sobre Washington, un acontecimiento fundamental del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos en la década de 1960, en el que Martin Luther King Jr. pronunció su discurso “Tengo un sueño”.

La marcha de 1963 congregó a más de 250.000 personas en la capital del país para presionar por el fin de la discriminación por motivos de raza, color, religión, sexo u origen nacional. Muchos atribuyen a esta demostración de fuerza la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964.

De esta manera, la manifestación de este año se celebró en el Lincoln Memorial, escenario del apasionado llamamiento de King en favor de la igualdad, mientras muchos oradores advertían de que aún quedaba mucho trabajo por hacer.

Margaret Huang, presidenta y directora ejecutiva del grupo de defensa de los derechos civiles sin ánimo de lucro Southern Poverty Law Center, dijo a la multitud que la marcha de hace seis décadas “abrió puertas e impulsó nuevas herramientas para luchar contra la discriminación”.

Sin embargo, las nuevas leyes promulgadas en todo el país que “cercenan el derecho al voto” y se centran en la comunidad LGBTQ+, amenazan con borrar algunos de esos logros, afirmó Huang.

“Estas campañas contra nuestros votos, nuestros cuerpos, nuestros libros de texto, todo está relacionado. Cuando nuestro derecho al voto cae, todos los demás derechos civiles y humanos pueden caer también, pero estamos aquí hoy para decir ‘no bajo nuestra vigilancia’”, agregó.

Los oradores denunciaron la violencia armada contra los negros mientras la multitud coreaba: “Sin justicia, no hay paz”.

Ashley Sharpton, activista de National Action Network e hija del reverendo Al Sharpton, dijo en un discurso que los estadounidenses necesitan “convertir la manifestación en legislación” y no pueden permitir que los sacrificios de los antepasados en la lucha por la igualdad hayan sido en vano.

Kimberle Crenshaw, directora ejecutiva del African American Policy Forum, dijo que el aniversario se produce en un “momento preocupante”.

“La propia historia que se conmemora en la marcha no sólo está siendo cuestionada, sino también distorsionada”, dijo Crenshaw, refiriéndose a la prohibición en varios estados de libros e instrucción en las aulas basados en la llamada teoría crítica de la raza, que considera que un legado de racismo da forma a la historia estadounidense.

Calificó esa y otras medidas, como la supresión de un curso de estudios afroamericanos de las escuelas públicas de Florida y Arkansas, de “esfuerzo concertado para silenciar la conversación sobre esa historia”.