Este sábado se cumplen dos años desde que el opositor ruso, Alexei Navalny, acusara haber sido envenenado por alguien en un “intento de asesinato” en su contra.

“Es la segunda vez que celebro mi segundo cumpleaños”, dijo el opositor ruso, que permaneció en Berlín recuperándose y luego, a su vuelta a Moscú, en enero de 2021, fue detenido por el supuesto incumplimiento de las medidas judiciales impuestas a cambio de su libertad y regresó a la cárcel, en el inicio de una persecución con señalamientos a sus organizaciones y nuevos procesos contra él.

“El Kremlin se enfadó tanto con el hecho de que sobreviviese que me encarcelaron inicialmente por 3,5 años y luego lo extendieron a nueve años”, señaló Navalny.

Ante la falta de una “investigación oficial” sobre lo ocurrido, volvió a señalar al Servicio Federal de Seguridad (FSB), bajo las órdenes del Kremlin.

A la fecha, “no se ha abierto ninguna causa penal, no importa lo que haya dicho (el presidente ruso, Vladimir) Putin”, lamentó Navalny en un mensaje compartido en sus redes sociales y en el que señaló que todos los participantes directos en el ataque son agentes de FSB. “Y esto probablemente es sólo la punta del iceberg”, apuntó.

Ninguno de los funcionarios señalados por Navalny ha rendido cuentas a la justicia y, sin embargo, sólo pagó por el ataque el químico Konstantin Kudriavtsev, que le avisó por teléfono de lo ocurrido. Kudriavtsev desapareció “y parece que simplemente se quitó la vida”.

El opositor, de hecho, aseguró que a día de hoy aún no sabe cuál es la posición oficial de Moscú sobre su caso, ya que por una parte hay quien apunta que “Navalni no fue envenenado con Novichok” y “entró en coma por su cuenta” y quien afirma que sí fue intoxicado, pero como una “provocación” de servicios de Inteligencia extranjeros.

En su opinión, todo este caso “expuso” las tácticas de Putin y de todo el sistema, así como “el fracaso de su régimen”, que ha dejado atrás “cualquier disfraz” para mostrarse ante los rusos y ante el mundo como “completamente represivo y autoritario”.

“Eso es lo que ocurre cuando intentas sin éxito untar la ropa interior de alguien con Novichok”, ironizó.

UE solicita su libertad “inmediata”

Además, la Unión Europea (UE) aprovechó de volver a reclamar su excarcelación “inmediata”.

Los Veintisiete, a través del Servicio de Acción Exterior del bloque, condenaron “en los términos más contundentes posibles” la intoxicación con un agente nervioso que sufrió Navalny y que le llevó a ser trasladado de urgencia a Alemania, donde pasó varios meses antes de poder regresar a Rusia.

La UE exhortó a las autoridades rusas a cumplir con sus “obligaciones” internacionales en este caso y recordó la necesidad de investigar “con plena transparencia y sin demora” las circunstancias que rodearon al envenenamiento de Navalny, quien responsabiliza a la órbita del Kremlin.

Asimismo, la oficina que encabeza Josep Borrell lamentó la ilegalización de la organización de Navalny y las medidas disciplinarias impuestas contra el opositor en prisión. “Hacemos a las autoridades rusas responsables de la seguridad y la salud de Navalny”, advirtió

La UE criticó también que Rusia haya “amplificado” su represión interna sobre la disidencia y el conjunto de la sociedad civil a raíz de la guerra “injustificada” e “ilegal” lanzada sobre Ucrania en febrero de este año.

Por su parte, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, advirtió en un video que dos años después del envenenamiento, Rusia endureció la represión sobre la sociedad civil a raíz de lanzar en febrero una ofensiva militar contra Ucrania: “La libertad y la democracia ya estaban en peligro antes. Pero ahora la libertad de expresión está mucho más en peligro y muchos tienen miedo de decir lo que piensan”.

El canciller hizo hincapié en que “se vive mejor en una democracia y en un Estado de derecho” y utilizó el caso de Navalny como ejemplo del trato infligido por las autoridades rusas contra quienes se salen de la línea oficial marcada desde el Kremlin.