¿Cuánto influye en los partidos la proximidad de una elección, teniendo en cuenta los niveles de aprobación de Vizcarra?
Hay que recordar que los partidos en Perú no son disciplinados. No comparten una misma posición, son más una suma de personalidades. Eso para entender que los partidos se parten con mucha facilidad al momento de la votación. De los 10 a 12 partidos que hay en el Congreso algunos tienen candidatos presidenciales invitados.
¿Cree que ahora se relaje la tensión hasta las elecciones del próximo año?
Sí se puede relajar, porque el Tribunal Constitutional, que es otro actor importante, tiene que dar un veredicto acerca de cómo se interpreta la cláusula del artículo de incapacidad moral. Eso ha quedado en el limbo. Y el Tribunal Constitucional va a dar una sentencia en la que señala cómo se debe aplicar la cláusula. Entonces se cerraría la puerta para que tan arbitrariamente se utilice esta justificación. Creo que es la última chance que tiene este Congreso para una medida tan audaz como un pedido de vacancia presidencial.
¿Cómo evalúa la situación ahora después de la vacancia?
No veo que se produzca una crisis. Recordemos que Vizcarra ya es un Presidente reemplazante. Además que no tiene partido político. Quien lo reemplace es el presidente del Congreso que sí tiene partido político. Entonces, va a tener mayores recursos políticos para poder administrar el Ejecutivo. Además, un Presidente interino no va a tener la popularidad que tiene Vizcarra, estamos a poco meses del cambio de mando y la popularidad importa poco, deja de ser un criterio fundamental. Yo no comparto lo que la gente que piensa que esto va a escalar a una crisis política mayor. Creo que no va haber tanto desajuste, porque ya vivimos un desajuste, ya estamos en un gobierno improvisado. Creo que será un poco más de lo mismo.