El activista hongkonés Joshua Wong, que lideró la Revolución de los Paraguas en 2014, y el independentista Andy Chan fueron detenidos en la mañana del viernes y en la noche del jueves, respectivamente, antes de una nueva oleada de protestas convocadas para este fin de semana en la ciudad.

Wong fue arrestado este viernes a las 7.30 cuando se dirigía de camino al metro, anunció hoy el partido Demosisto, del que es secretario general, en un comunicado a través de Facebook.

Según la formación política, Wong fue detenido cuando iba a entrar en la estación de metro de South Horizons, "momento en que fue empujado a un automóvil y escoltado a la comisaría de Wan Chai acusado de tres cargos".

Demosisto, que nació en abril 2016 como partido político para pedir mayores libertades democráticas y la autodeterminación de la excolonia británica, anunció minutos después otra detención, la de Agnes Chow, considerada la mano derecha de Wong en la organización.

Por su parte, el activista independentista Andy Chan aseguró hoy también a través de Facebook que fue detenido el jueves por la noche en el Aeropuerto Internacional hongkonés cuando se disponía a tomar un vuelo a Japón.

Según recoge el medio local Hong Kong Free Press, Chan fue detenido bajo los cargos de "provocar disturbios y de agredir a un agente de la Policía hongkonesa".

Estas detenciones se producen en un momento de máxima tensión en la ciudad, que desde hace doce semanas encadena manifestaciones en sus calles que se originaron por una propuesta de ley de extradición que, en teoría, habría permitido a Beijing acceder a "fugitivos" refugiados en territorio hongkonés.

Además, tienen lugar un día antes de una manifestación convocada por el Frente Civil de Derechos Humanos, que en ocasiones anteriores logró movilizar a cientos de miles de personas. Sin embargo, la Policía no ha aprobado hasta el momento esta protesta, informa el rotativo South China Morning Post.

Las protestas que vive la ciudad desde hace meses han estado acompañadas de represión policial para aplacar los intentos de los manifestantes de afectar el curso normal de la ciudad con huelgas y ocupaciones de edificios oficiales, comisarías, estaciones de metro o el aeropuerto.

Aunque comenzaron como oposición a un polémico proyecto de ley de extradición, las demandas de los manifestantes se han ampliado y reclaman una mejoría de los mecanismos democráticos de la ciudad.

Por su parte, Beijing asegura que detrás de las protestas existe una "mano negra" y señala a "algunas fuerzas de Estados Unidos" como responsables.

También ha anunciado en diversas ocasiones que las tropas chinas acuarteladas en la ciudad no son "simbólicas" y que "no hay razón para que se queden sin hacer nada" si la situación empeora.

A mediados de este mes, varios vehículos militares chinos se desplazaron hasta la ciudad fronteriza de Shenzhen, donde tropas chinas realizaron una serie de maniobras, algo que desató temores entre la población hongkonesa ante una posible entrada para frenar las protestas.

Tras recuperar la soberanía del territorio de manos británicas en 1997, y bajo la fórmula "Un país, dos sistemas", el Gobierno chino se comprometió a mantener la autonomía de Hong Kong y a respetar hasta 2047 una serie de libertades de las que no gozan los ciudadanos de la China continental.