Tan solo horas después de que el gobierno de Estados Unidos acusara al Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de narcotráfico internacional y ofreciera una recompensa de US$ 15 millones a cambio de información para detener al líder chavista y a otros dirigentes, el Palacio Miraflores, a través del canciller, Jorge Arreaza, tildó las acusaciones de “miserables, vulgares e infundadas”.
En un nuevo capítulo del enfrentamiento bilateral, el Departamento de Justicia norteamericano arremetió contra el gobernante venezolano, a quien culpa de liderar el cartel Los Soles, que comercializaría droga a Estados Unidos.
En tanto, Maduro señaló que Washington, “como unos cowboys racistas, le ponen precio a las cabezas de unos revolucionarios dispuestos a combatirlos en todos los territorios. ¡Eres miserable, Donald Trump”.
El líder del Partido Socialista Unido de Venezuela denunció una “conspiración” por parte de Estados Unidos y del gobierno colombiano liderado por el Presidente Iván Duque.
Los demás acusados por EE.UU. pertenecen al círculo cercano del Mandatario venezolano y ofrecen US$ 10 millones por ellos. Entre estos figuran: el presidente de la Asamblea Constituyente, Diosdado Cabello; el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López; el ministro de Industria y Producción Nacional, Tareck El Aissami; el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno; el exdirector de inteligencia militar, Hugo Carvajal; y el general retirado Cliver Alcalá, que reside en Colombia.
Este último, precisamente, se entregó ayer a las autoridades de Bogotá. Desde allí, aboradaba ya un avión de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) para partir rumbo a Norteamérica. Alcalá, quien desde hace dos años vivía en Barranquilla, se declaró sorprendido el jueves al saber que también era perseguido por Washington, ya que, según aseguró, planeaba un golpe de Estado contra Maduro.
Según The Associated Press, los documentos presentados por fiscales en Nueva York acusan a Maduro y a Cabello de asociarse con miembros de la FARC y del Ejército colombiano “para inundar a Estados Unidos con cocaína” y utilizar el narcotráfico como “un arma en contra de EE.UU.”.
La acción generó que el fiscal general de EE.UU., William Barr, fuera interrogado sobre si esta es la primera acción de este tipo contra un gobernante. “No reconocemos a Maduro como Presidente de Venezuela, pero esto ya pasó con Manuel Antonio Noriega en Panamá”, respondió.
Uno de los que celebró las últimas acciones contra el Palacio Miraflores fue el opositor venezolano, Juan Guaidó, que tras las acusaciones declaró ayer que estas “confirman lo que por mucho tiempo los venezolanos sabemos, hemos denunciado y enfrentado. Nuestro problema no es solo uno político: nos enfrentamos al Cartel de Maduro”.
Por su parte, las fuerzas armadas de Venezuela reiteraron anoche su respaldo a Maduro. “La Fuerza Armada Nacional Bolivariana rechaza categóricamente las extravagantes y extremistas acusaciones” contra Maduro, dice un comunicado. “Esta arremetida surge justo después de haberse develado un plan de acciones violentas a ser ejecutadas desde territorio colombiano, cuyos objetivos serían, reconocidas autoridades de nuestro país”, agrega la declaración.