El bajo apoyo ciudadano al partido político FARC para las elecciones legislativas de marzo en Colombia, confirmó la crisis política a la que se enfrentaba entonces la ex guerrilla, en la que era su gran prueba luego del fin del conflicto armado. Hoy, no cesan los escándalos que desploman aún más su "popularidad" y percepción ciudadana.
Fue el fiscal general de Colombia, Néstor Humberto Martínez, quien reveló el miércoles el fraude que llevaban a cabo algunos ex guerrilleros para quedarse con el dinero del posconflicto, el cual provenía, principalmente, de los países que apoyaron el proceso de paz.
Así, como parte de una investigación con más de 80 mil registros telefónicos, la Fiscalía colombiana denunció el "entramado de corrupción" en el que actuaban 12 intermediarios para apropiarse del capital del posconflicto. El "gestor" de este fraude sería Marlon Marín, sobrino del ex guerrillero Luciano Marín Arango, más conocido como Iván Márquez. Este último asumiría como senador en el marco de los escaños otorgados a la FARC como parte del acuerdo de paz, sin embargo, también se vio envuelto en un escándalo revelado el fin de semana por The Wall Street Journal que indicaba que Márquez estaría siendo investigado por la justicia de Estados Unidos por narcotráfico. Márquez se suma al ya detenido ex comandante de la extinta guerrilla, Jesús Santrich, luego de la orden de captura emitida por Interpol tras ser acusado de exportación de cocaína a EE.UU. La justicia colombiana estaría evaluando su extradición.
"Todo eso le resta aún más credibilidad a las FARC, que ya venía en franco declive. En general hay un repudio a las FARC. Además pierde el gobierno, que le apostó al proceso", comenta a La Tercera el analista colombiano Mauricio Jaramillo.
Estos 12 intermediarios, liderados por Marín, incluso habrían ingresado a las instituciones públicas para llevar a cabo sus planes. El fiscal Martínez aseguró que estas personas estaban "dedicadas a conseguir contrapartes para la contratación", para así "obtener beneficios económicos, coimas o sobornos" en la ejecución de proyectos productivos u obras.
Dentro de las modalidades que utilizaban estos intermediarios, el fiscal explicó que "este entramado de intermediarios se encargaba de conseguir qué proyectos podrían ser, elaborarlos, presentarlos ante la autoridad y conseguir el aval de los alcaldes para que unos contratistas, que eran los que fungían como ejecutores de las obras, pagaran unas coimas", según El Tiempo.
¿Un riesgo para la paz?
Según los analistas, estos escándalos de corrupción, un tema que precisamente la FARC usó para su campaña de ingreso al escenario político colombiano, generan incertidumbre acerca de la implementación y el futuro del proceso de paz. "Esto que sucede no es fácil y por supuesto que genera aún más desconfianzas", comenta el politólogo colombiano Augusto Reyes. "Seguramente se darán algunos reenfoques con respecto a la implementación del acuerdo, pero que la FARC vuelva a su estatus anterior lo veo muy difícil", añade.
Sin embargo, de cara a las presidenciales del 27 de mayo, los analistas coinciden en que el candidato del uribismo, Iván Duque, se vería beneficiado con estas acciones de la FARC. "Ellos fueron los líderes del No en el plebiscito por la paz. Muy probablemente ellos van a decir que advirtieron de los graves riesgos que se incurría al negociar en esas condiciones", dice Jaramillo.