“A partir de ahora todas las obras musicales, vocales y coreográficas deben corresponder a un tempo de 80 a 116 pulsaciones por minuto (PPM)”, anunció el Ministerio de Cultura de Chechenia en un comunicado a principios de esta semana. El nuevo estándar de tempo, que es relativamente lento en el contexto de la música popular, se anunció tras la reunión del ministro de Cultura checheno, Musa Dadayev, con artistas estatales y municipales locales.
Según el comunicado, el líder checheno Ramzan Kadyrov ordenó al ministro Dadayev que hiciera que la música chechena “se ajustara a la mentalidad chechena”. El ministro de Cultura explicó que la medida ayudaría a preservar la cultura propia y evitaría la necesidad de buscar culturas en otros lugares. “Tomar prestada la cultura musical de otros pueblos es inadmisible”, dijo Dadayev, según una traducción de The Guardian.
“Debemos llevar al pueblo y al futuro de nuestros hijos el patrimonio cultural del pueblo checheno. Esto incluye todo el espectro de normas morales y éticas de vida de los chechenos”, continuaba el comunicado. De acuerdo con el diario ruso The Moscow Times, las autoridades de la república rusa de Chechenia impusieron los límites a los tempos de la música para cumplir con las estrictas normas culturales, en una región de mayoría musulmana profundamente conservadora.
Es seguro decir que para algunos de los artistas internacionales más escuchados del mundo, gran parte de su producción musical no aparecerá en el Top 40 de Chechenia, afirma el medio estadounidense Politico. El nuevo estándar de música es relativamente lento en comparación con gran parte de la música pop moderna, así como con los géneros de música que se tocan en los clubes de todo el mundo, como el house, electro, rave, dubstep, drum’n’bass y techno, que tienden a tener PPM más altos.
La mayoría de las canciones pop oscilan entre 100 y 130 PPM, un tempo comúnmente utilizado para crear un ritmo pegadizo y bailable, según explica EuroNews. La nueva prohibición supondrá la exclusión de innumerables canciones y géneros musicales como el techno -con PPM comprendidas entre 125 y 145-, buena parte del pop -entre 90 y 135 PPM- o el reggae -con 75 PPM-.
Por ejemplo, una pista de Daft Punk generalmente tendería a rondar los 120-127 PPM, mientras que cualquiera que esté pensando en tocar “Bad Romance” de Lady Gaga, “Wrecking Ball” de Miley Cyrus o incluso “Tragedy” de los Bee Gees estaría en violación de la nueva ley, todo en nombre del mantenimiento de los valores tradicionales, ejemplifica el medio Politico. El himno dance-pop “Shake it Off” de Taylor Swift , que llega a 160 PPM, definitivamente queda prohibido.
Por otro lado, muchos géneros de la música popular y tradicional ya se encuentran dentro del rango de 80-116 PPM. Canciones de hip-hop y rap, por ejemplo, que normalmente se reproduce a velocidades de entre 60 y 140 pulsaciones por minuto, en teoría aún calificarían para el tradicional “sentido del ritmo” checheno que el régimen del líder autoritario Ramzan Kadyrov quiere preservar.
De acuerdo con la nueva legislación, los artistas locales tienen hasta el 1 de junio para “reescribir” sus canciones para seguir las nuevas reglas. “De lo contrario, no se les permitiría actuar en público”, escribió el Ministerio de Cultura en la aplicación de mensajería Telegram.
La música tradicional chechena incluye khalkaran yish (canciones instrumentales utilizadas para acompañar bailes, procesiones y carreras de caballos) y baladas épicas heroicas conocidas como illi yish. Pueden ir acompañados del dechig-pondar, un instrumento de tres cuerdas similar a la balalaika rusa, según explica The Guardian.
Chechenia es una república autónoma de aproximadamente 17,300 km² y está ubicada en el norte del Cáucaso, en el sur de Rusia, entre el mar Caspio y el mar Negro e incluye parte de la frontera de Rusia con Georgia. Alberga a alrededor de 1,5 millones de personas, cuya gran mayoría es de religión musulmana. Chechenia ha sido una firme defensora de la invasión rusa en Ucrania desde febrero de 2022 y durante el gobierno de Kadyrov también se han denunciado oleadas de violencia contra homosexuales, según consigna CNN.
Kadyrov ha reprimido sistemáticamente la disidencia en el territorio desde que llegó al poder en 2007, designado por el presidente ruso Vladimir Putin, con quien sigue siendo cercano, según indica el medio National Public Radio. Su represión más conocida es al movimiento separatista checheno, que luchó por la independencia de Rusia durante casi dos décadas.
Incluso, en septiembre del año pasado, Kadyrov dijo que estaba orgulloso de su hijo adolescente Adam por golpear a un prisionero acusado de quemar el Corán, según informó Reuters. Kadyrov publicó los comentarios en Telegram, acompañados de un clip en el que se ve a un joven vestido de color caqui golpeando y pateando a otro hombre acurrucado en una silla antes de tirarlo al suelo y darle una palmada en la cabeza.