Con el puño izquierdo levantado, la cruceña Adriana Salvatierra Arriaza juró el 18 de enero como Presidenta del Senado de Bolivia para el período 2019-2020. Con solo 29 años de edad, la legisladora del oficialista MAS se convirtió en la parlamentaria más joven en ocupar ese cargo, que además es el tercero en la línea de sucesión después del Presidente y el Vicepresidente. Hija de madre chilena, Salvatierra afirma en esta entrevista con La Tercera que se identifica "plenamente" con la demanda marítima boliviana.
Su madre es chilena. ¿Para usted eso es una complicación en el ámbito político?
No, nunca lo fue, en lo absoluto. Mi mamá llegó a Bolivia, si no me equivoco, en 1986. Mis padres se conocieron en Chile. En la dictadura de Banzer mi papá fue a militar en Chile en el MIR, ahí conoció a mi madre que también militaba en la izquierda chilena. Tuvieron una hija, se separaron durante 13 años, porque el golpe de Estado de Pinochet separó a la familia en ese momento. Mi padre se trasladó posteriormente al exilio en Europa, retornó a Bolivia y aquí volvieron a encontrarse mis padres y a los años nací yo. Mi mamá en Chile era una mujer campesina. En Bolivia, ella siempre lo reconoce, lo valora, mi mamá tuvo la oportunidad de estudiar, oportunidad que quizá no hubiera tenido en Chile, porque el costo de la universidad era inaccesible para ella. Entonces (el que mi madre sea chilena) jamás significó un conflicto ni para mi militancia, ni para mi identidad ni para mi construcción política.
¿Y cómo la afectó en el fuero interno la derrota de Bolivia en el Tribunal La Haya?
Yo no tengo una diferencia entre mi fuero interno y lo que digo públicamente. Es una demanda legítima, histórica, justa la que tenemos vinculada a retornar a las costas del Pacífico con soberanía. Bolivia nació con acceso a las costas del Pacífico y es legítimo que tengamos aquella reivindicación histórica. Yo me identifico plenamente con la demanda de mi pueblo. Creo fundamentalmente en la justicia, en la verdad histórica y en la razón legítima de los pueblos de buscar soluciones pacíficas, dialogadas a conflictos como este.
¿Entonces usted cree que esto continua más allá de La Haya?
Yo creo que sí, la demanda fue un llamado al diálogo y esperemos que ambos Estados puedan sentarse a dialogar en algún momento. Deseo de todo corazón que las relaciones se restablezcan entre Bolivia y Chile en el marco de la fraternidad. Y espero que, en reciprocidad, así como parlamentarios y ministros chilenos ingresan a Bolivia sin ningún conflicto, cuando pueda retornar a visitar a mi familia, no me pidan visa por mi condición de senadora.
¿Cómo ve las opciones del Presidente Evo Morales de reelegirse en las elecciones de octubre?
Lo único que va a pasar en octubre es que todos los candidatos va a poder presentarse a un proceso electoral. Aquí existen plenas garantías democráticas para que los candidatos puedan participar y disputar el voto.
¿Usted considera legítima la candidatura de Morales?
Por supuesto. La legitimidad emana de los proponentes y los proponentes son los movimientos sociales.
¿Y qué sucede con el referendo de 2016, donde se rechazó modificar la Constitución para permitir otra reelección de Morales? ¿El resultado no lo inhabilita?
No lo inhabilita en lo absoluto, porque el objetivo del referendo era una modificación constitucional y la Constitución no se modificó.
¿Cómo ve las opciones para Morales de un cuarto mandato?
En Bolivia acontece algo que quizá no es extraño con lo que sucede en el resto de América Latina y es que existe una disputa de modelos. Esta es una elección donde la gente elegirá entre dos opciones: si continúa este proceso de cambios o se busca otra vía que pueda ser la regresión, el volver al pasado.