Advierten que el calor extremo amenaza a la educación en todo el mundo

Niños en una fuente en Boston, en medio de una ola de calor. Foto: Archivo.
Niños en una fuente en Boston, en medio de una ola de calor. Foto: Archivo.

A causa del calentamiento global, indica la Unicef, casi 500 millones de niños experimentarán el doble de “días extremadamente calurosos” comparado con lo que vivieron sus abuelos. Esto, precisamente en países con peor infraestructura para enfrentar el aumento de la temperatura.


Quinientos millones de niños. En un reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), llamado “Una Amenaza para el Progreso”, la institución dio cuenta de que esa cantidad de niños pasaría el doble de “días extremadamente calurosos” que sus abuelos, es decir, con temperaturas mayores a 35 grados Celsius.

Esas son muy malas noticias para los niños, cuyos cuerpos son mucho más vulnerables a las altas temperaturas. “Los niños no son pequeños adultos”, advirtió la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell. “Los cuerpos jóvenes se calientan más rápido y se enfrían más lentamente. El calor extremo es especialmente riesgoso para los bebés, debido a su ritmo cardíaco más rápido”, explicó.

En ese sentido, las consecuencias del calentamiento global ya son desastrosas para los niños que viven en lugares sin la infraestructura adecuada, y que precisamente tienden a ser más calurosos: en la África Subsahariana, en Centroamérica y en Asia, la combinación de pobreza y calor está afectando gravemente el desarrollo de la educación.

Niña en una fuente en Viena, en medio de una ola de calor. Foto: Reuters
Niña en una fuente en Viena, en medio de una ola de calor. Foto: Reuters

La brecha generacional es más marcada en algunos de los países más pobres del mundo, señala The New York Times. Casi el 40% de los niños de Benín y el 66% de los de Costa de Marfil, por ejemplo, experimentarán el doble de días de calor extremo a lo largo de su vida que sus abuelos. Lo mismo ocurre con dos de cada tres niños de Palestina y casi la mitad de los de Honduras.

Algunos países ricos también sufren las consecuencias. Se calcula que el 85% de los niños de Francia y el 76% de los de Grecia sufrirán el doble de días de calor extremo que en la década de 1960.

Solo a causa del calor, millones de niños han tenido días sin clases en el último año. Casi la mitad de Pakistán tuvo que cerrar sus escuelas –o sea, 26 millones de niños sin clases– durante una semana en mayo, que tuvo una ola de calor con más de 40 grados Celsius. Bangladesh adoptó idéntica medida para la mitad de sus estudiantes durante una ola de calor de abril, que afectó a 33 millones de niños. Igual situación ocurrió con Sudán del Sur, el mismo mes.

Filipinas ordenó el cierre de escuelas durante dos días, cuando la temperatura alcanzó lo que el departamento meteorológico nacional llamó “niveles de peligro”. Y en Estados Unidos, los días de calor provocaron el cierre de escuelas o salidas anticipadas en distritos desde Massachusetts hasta Colorado durante el último año escolar.

Joven ofreciendo agua fría en un día caluroso en Nueva Delhi. Foto: Reuters
Joven ofreciendo agua fría en un día caluroso en Nueva Delhi. Foto: Reuters

Aunque aún representan una pequeña proporción del total de días escolares, una estimación reciente sugiere que las cifras están aumentando rápidamente, de unos tres días sin clases hasta seis en unos pocos años.

Además de los cierres, el calor sigue haciendo que sea más difícil aprender, aún con la escuela abierta. Las altas temperaturas, especialmente durante varias horas, afectan los resultados del aprendizaje, incluyendo puntajes de exámenes, según muestra la investigación de Unicef.

“Estamos profundamente preocupados de que el número de días de calor extremo vaya a aumentar y conducir indirectamente a la pérdida de aprendizaje”, dijo Lily Caprani, jefa de promoción de Unicef, en un entrevista telefónica el martes para The New York Times.

Niños en una fuente durante un día de altas temperaturas en Ciudad de México. Foto: Reuters
Niños en una fuente durante un día de altas temperaturas en Ciudad de México. Foto: Reuters

Aun cuando los científicos dicen que la única manera de abordar el aumento de las temperaturas globales es parar con la quema de combustibles fósiles -el principal impulsor del calentamiento global-, hay que buscar soluciones inmediatas para la situación en los colegios.

La medida más obvia es arreglar los edificios escolares para mantener el calor fuera del aula de manera más efectiva, mejorando el aislamiento con pintura reflectante blanca o más plantas en los tejados, además de árboles que den sombra en los alrededores de la escuela. Incluso, en Estados Unidos, cerca de la mitad de todos los distritos escolares necesitan instalar o arreglar su aire acondicionado, según la Oficina de Responsabilidad Gubernamental.

Según el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud, solo en 2021, aproximadamente 442 mil muertes fueron atribuibles a la exposición a altas temperaturas, siendo 45 mil de ellas entre niños. De estas últimas, 31 mil correspondieron a menores de 5 años.

Entre los problemas de salud causados por el calor extremo, se le ha relacionado con complicaciones del embarazo, como enfermedades crónicas gestacionales, muerte fetal, bajo peso al nacer y parto prematuro. Los niveles excesivos de estrés por calor también contribuyen a la desnutrición infantil y a las enfermedades no transmisibles relacionadas con el calor, y dejan a los niños más vulnerables a enfermedades infecciosas que se propagan con las altas temperaturas, como la malaria y el dengue.

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