El gobierno turco y Naciones Unidas iniciaron este domingo conversaciones con Rusia para que Moscú regrese al acuerdo de exportación de grano y fertilizantes con Ucrania, que abandonó el sábado tras denunciar un ataque de Kiev contra sus barcos en el puerto crimeo de Sebastopol. Kiev ha desmentido el ataque.

Moscú cortó así las exportaciones de granos que se necesitan con urgencia en otras partes del mundo, una situación que el Presidente estadounidense, Joe Biden, calificó como un acto “realmente escandaloso”. “No hay mérito en lo que están haciendo. La ONU negoció ese acuerdo y ese debería ser el final”, dijo el mandatario.

Esta iniciativa ha permitido que más de 9 millones de toneladas de cereales en 397 barcos salgan de forma segura de los puertos ucranianos desde que se firmó el acuerdo el 22 de julio. Así se han exportado más de 9,5 millones de toneladas de cereales y otros alimentos desde Ucrania hasta el 24 de octubre, según la oficina de las Naciones Unidas que supervisa su implementación. Si no se reanudan los envíos, advirtieron los expertos, los precios mundiales de los alimentos podrían aumentar aún más, creando más problemas económicos para las naciones que ya luchan contra el aumento de la inflación y los precios de la energía.

El carguero de bandera turca Polarnet, que transporta granos ucranianos, pasa por el puente Osmangazi entrando al golfo de Izmit, Turquía, el 8 de agosto de 2022. Foto: Reuters

Si bien el anuncio del Kremlin sorprendió a los comerciantes y analistas de granos que, aunque dudaban de que el acuerdo hubiera perdurado más allá de la fecha límite del 19 de noviembre, no esperaban una terminación repentina.

El ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, publicó en Twitter que está en contacto con las otras partes del acuerdo para recordarles que la iniciativa ahora en suspenso es “por el bien de toda la Humanidad”. “Las crisis se pueden resolver con buena voluntad y diálogo”, destacó.

Un responsable del gobierno de Ankara, bajo condición de anonimato, confirmó a Bloomberg que las negociaciones proseguirán el lunes si no redundan en avance alguno a lo largo de este día. La misma fuente manifestó que “hay motivos para el optimismo” a pesar de que Rusia aseguró en la víspera que su retirada del acuerdo, mediado en su día por Turquía, tendría un alcance “indefinido”.

El Centro de Coordinación Conjunta de la ONU ya había avanzado el sábado la práctica imposibilidad de seguir con las exportaciones tras la retirada rusa tras confirmar que “no existe un protocolo vigente” para el desplazamiento de embarcaciones entrantes o salientes desde este domingo. El organismo internacional está “discutiendo los próximos pasos” después de la decisión de Rusia.

Un barco que transportaba 40.000 toneladas de grano con destino a Etiopía bajo el programa de ayuda de Naciones Unidas, no pudo salir de Ucrania el domingo como resultado del bloqueo ruso, tuiteó Oleksandr Kubrakov, ministro de infraestructura de Ucrania. No especificó de qué puerto ucraniano iba a zarpar el Ikraia Angel.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el ministro de Infraestructura de Ucrania, Oleksandr Kubrakov, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, asisten a una ceremonia de firma en Estambul, Turquía, el 22 de julio de 2022. Foto: Reuters

El presidente de Ucrania, Volodimyr Zelenskyy, describió la decisión como predecible y dijo que Rusia ha agravado de forma deliberada la crisis alimentaria desde septiembre. En este momento hay unos 176 barcos cargados con grano que no pueden salir de puertos ucranianos, dijo.

“Esto es comida para más de 7 millones de consumidores (...) ¿Por qué un puñado de personas en algún lugar del Kremlin puede decidir si habrá alimento en las mesas de la gente en Egipto o Bangladesh?”, dijo el sábado en su mensaje nocturno al país.

Rusia solicitó una reunión el lunes del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir el presunto ataque y la seguridad del corredor de granos del mar Negro. Guterres retrasó un día un viaje a Argel para entablar conversaciones destinadas a poner fin a la suspensión del acuerdo de exportación de granos por parte de Rusia.

Con las fuerzas rusas luchando en el este y el sur de Ucrania, los analistas -consultados por The New York Times- dicen que el Presidente Vladimir Putin podría estar usando el acuerdo de granos en parte como una herramienta de guerra para superar las deficiencias de su ejército y mantener la presión sobre los aliados occidentales de Ucrania.

Moscú también ha argumentado que gran parte del grano se enviaba a países ricos, no a los que más lo necesitaban. Funcionarios de la ONU han dicho que muchos de los barcos transportaban granos comprados bajo contratos comerciales, lo que desempeña un papel en la estabilización del mercado, incluso si no va directamente a las naciones que enfrentan escasez de alimentos.

“Putin necesita influencia a medida que las cosas van mal para él en los campos de batalla en Ucrania, por lo que la amenaza de una crisis alimentaria mundial debe volver a colocarse en la caja de herramientas rusa de coerción y chantaje”, tuiteó Alexander Gabuev, miembro del centro de estudios Carnegie.

Pero la decisión de Rusia, agregó, amenazaba con antagonizar a dos aliados importantes: Arabia Saudita, a la que le preocupa que un empeoramiento de la crisis alimentaria mundial pueda alimentar la inestabilidad en Medio Oriente, y Turquía, que se ha convertido en un intermediario influyente en la guerra.

Turquía, que controla los estrechos estratégicos donde los barcos entran y salen del mar Negro, ha sido el actor internacional clave en el acuerdo de granos, proporcionando el sitio donde las exportaciones de Ucrania fueron inspeccionadas por un comando conjunto que incluye funcionarios de Ucrania, Rusia y las Naciones Unidas.

Por otro lado, Moscú intensificó este mes sus ataques de misiles y drones contra centrales energéticas ucranianas, instalaciones de agua corriente y otra infraestructura clave. La ofensiva ha dañado el 40% de la red eléctrica ucraniana y obligado al gobierno a programar apagones.

En las últimas 24 horas, los misiles rusos han matado al menos a cinco personas y herido a nueve, según un comunicado. En los intensos combates en el este de Ucrania, Rusia intenta tomar la ciudad de Bakhmut y varios centros y poblados de la zona han sufrido ataques.