El aeropuerto de Hong Kong reanudó la madrugada de este martes 13 de agosto sus operaciones, informaron las autoridades aeroportuarias, un día después de que el tráfico quedara interrumpido cuando miles de manifestantes prodemocracia invadieron las salas de llegada.

"Reanudamos las facturaciones", dijo a la AFP una vocera del aeropuerto. En las pantallas de información de la zona de salidas se anunciaba el embarque inminente de varios vuelos, mientras los demás mostraban los nuevos horarios de despegue.

Las autoridades de Hong Kong habían cancelado todos sus vuelos, después de que este lunes miles de manifestantes ocuparan la terminal del aeropuerto internacional de la ciudad por cuarto día consecutivo.

La autoridad aeroportuaria atribuyó las cancelaciones, que afectaron a todos los vuelos a partir de las 16.00 hora local de este lunes, a que "una gran cantidad de manifestantes impidieron que los pasajeros pudieran facturar" y han "interrumpido gravemente" el servicio.

Según la web Hong Kong Free Press, los miles de manifestantes que se congregaron en el aeropuerto lo hicieron para protestar contra el uso de la fuerza por la Policía durante el fin de semana, que dejó enfrentamientos en una estación de metro, donde agentes antidisturbios dispersaron a la multitud con gas lacrimógeno.

Este portal de noticias indica que una persona fue herida en un ojo debido a los ataques de la Policía, lo que hizo que muchos manifestantes cubrieran hoy sus ojos con parches en señal de protesta.

Por su parte, los medios oficiales chinos aseguran que los manifestantes habían llenado la terminal del aeropuerto por cuarto día consecutivo, provocando esta inusual medida.

El sábado, cientos de manifestantes también hicieron noche en la terminal de llegadas vieron cómo otros se les unían hasta alcanzar el millar de personas, que entregaban folletos y octavillas para tratar de concienciar a los visitantes extranjeros sobre la crisis hongkonesa.

La peor crisis política vivida en décadas en Hong Kong continúa tras dos meses de protestas que, pese a estar originalmente dirigidas contra un polémico proyecto de ley de extradición, han derivado hacia demandas más amplias sobre los mecanismos democráticos de la ciudad.