Luego de la declaración de guerra de Vladimir Putin a Ucrania durante esta mañana, las especulaciones respecto de un potencial conflicto bélico de escala mundial no se hicieron esperar. Las frases “Tercera Guerra Mundial”, “WWIII” o World War 3″ no solo fueron trending topic en Twitter o lo más buscado en Google durante las primeras horas de la intervención, sino también alusiones provenientes de autoridades europeas.

Después de que el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, confirmara la operación militar a “gran escala” que estaba ejecutando Rusia sobre el territorio de su país, el asesor del Ministerio de Interior en Kiev, Anton Gerashchenko, fue más lejos, y aseguró que existía el riesgo de una “Tercera Guerra Mundial”. “Acaba de haber misiles en el cuartel general militar, aeropuertos, almacenes militares, cerca de Kiev, Kharkov y Dnieper. O Ucrania y el mundo detienen al nuevo Hitler (refiriéndose a Vladimir Putin) ahora o habrá una Tercera Guerra Mundial”, apuntó el funcionario a través de sus redes sociales.

Temprano este jueves, el Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, advirtió en la misma dirección, asegurando que una “mayor” guerra en Europa podría gatillarse en cualquier momento. En un video subido a Facebook durante la noche, el mandatario indicó: “La gente de Ucrania y el gobierno de Ucrania quieren paz, pero si nos vemos bajo un ataque, o si enfrentamos un intento de que se tomen nuestro país, nuestra libertad, nuestras vidas y las de nuestros hijos, nos vamos a defender. Cuando nos ataquen, nos verán las caras, no las espaldas”.

Ya desde el martes, el general Richard Shirreff, excomandante de la OTAN en Gran Bretaña, señaló la magnitud de la situación, que podría convertirse en “una guerra de escala no vista en Europa desde 1945″. “Creo que es difícil exagerar la gravedad de la situación”, indicó el británico.

Volodymyr Zelensky, Presidente de Ucrania, en una conferencia de prensa en Kiev. Foto: AFP.

A pocas horas del anuncio de guerra hecho por Vladimir Putin, ya se escuchaban explosiones en la capital ucraniana, Kiev, y el puerto de Maripol. Con el paso del día, las tropas rusas tomaron control del aeropuerto Antonov, a 40 kilómetros de la capital, y en un movimiento particularmente amenazante, las fuerzas del Kremlin también tomaron la central nuclear de Chernobyl, en lo que Zelensky, apuntó, se trata de “una declaración de guerra contra toda Europa”.

La pregunta que se hacen muchos a este punto es: ¿Hasta dónde llegará la ofensiva rusa? ¿Podría Putin ir más allá de Ucrania? Para HuffPost, el politólogo canadiense Charles-Philippe David explicó: “Hay que entender que estamos frente a la explosión de una tensión ruso-occidental que existe desde hace años. Desde los 2000, Rusia le ha pedido a la OTAN una reorganización en la arquitectura de la seguridad europea, en la que el Kremlin le reprocha a la organización transatlántica su avance hacia el este. El tema es que estas solicitudes quedaron como letra muerta, y Ucrania ha girado hacia el oeste, pidiendo adherirse a la OTAN y a la Unión Europea”. En este contexto, el objetivo de Moscú sería uno: “Reemplazar el régimen ucraniano por un gobierno pro-ruso, que mire hacia el este”, señala David.

Hasta el momento, ningún país ha amenazado con acciones militares contra Rusia, y ese es un punto en el que muchos coinciden: la apuesta de Putin es que Occidente no intervenga con sus ejércitos. El profesor en derecho internacional de la Universidad Libre de Bruselas, Olivier Corten, señaló a RTBF que “las primeras señales no se dirigen hacia una Tercera Guerra Mundial”. A pesar de haber denunciado y criticado el reconocimiento ruso de las regiones separatistas y el envío de tropas, Occidente se ha limitado a “sanciones fuertes, pero que no son las peores, que sería enviar tropas invocando una legítima defensa. En este caso, se trata más de sanciones dirigidas contra los altos responsables rusos, sanciones económicas y financieras”.

Rescatistas trabajan en un avión caído cerca del aeropuerto de Antonov, recientemente tomado por el Ejército ruso, en la región de Kiev. Foto: REUTERS.

Mientras las fuerzas rusas se mantengan en sus límites, e incluso si llegasen a Kiev, el experto señala que es poco probable que la OTAN intervenga. Pero la línea roja absoluta sería la amenaza de Rusia a un Estado miembro del bloque transatlántico. En una conferencia de prensa esta tarde, el Presidente norteamericano, Joe Biden, dejó claro esto último, anunciando que desplegaría más tropas norteamericanas en Alemania. “Nuestras fuerzas no están yendo a Europa a pelear en Ucrania, sino a defender a nuestros aliados de la OTAN y darles seguridades desde el este”.

A pesar de esto, los países bálticos han mostrado su preocupación por una potencial escalada internacional del conflicto. En cuanto país miembro de la OTAN, Estonia decidió invocar el artículo 4 del bloque junto con otros estados de la región. “He convocado una reunión urgente del gobierno. Estonia ha decidido activar las consultas bajo el artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte, en cooperación con otros aliados, entre ellos Letonia, Lituania y Polonia”, señaló la primera ministra Kaia Kallas en Twitter, señalando que la invasión a Ucrania constituye una amenaza “a todo el mundo libre”.

“Hay una cláusula de defensa mutua entre los miembros de la OTAN: uno para todos y todos para uno. Para que el conflicto se encone y vuelva más grave, Rusia tendría que atacar las fronteras de países como Polonia, Eslovaquia o la República Checa, e incluso los países bálticos. Si uno de estos países es atacado, la situación sería muy distinta” explica el politólogo Charles-Philippe David.

A su parecer, de todos modos los bombardeos en Kiev y el resto de Ucrania fijarán un antes y un después. “De a poco volveríamos a las dinámicas de la Guerra Fría, o sea, que el futuro pase realmente por los ejércitos y la defensa. Sea cual sea la opción que tome Putin en los próximos días, vamos a asistir a una militarización agravada de las relaciones internacionales”, señala el canadiense.

Los presidentes de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping, en una visita internacional del primero en Pekín a principios de febrero. Foto: AP.

Un factor que alimenta los temores de conflicto a escala mundial es la posición china al respecto: el país más habitado del mundo ha mostrado en los últimos años su alianza con Rusia, generalmente en la vereda contraria a Occidente. Sin embargo, los últimos pasos de la diplomacia china, si no muestran un alejamiento con Moscú, sí van en la dirección de la búsqueda de paz.

En la Conferencia de Seguridad de Munich, que tuvo lugar la semana pasada, el ministro de Exterior de China, Wang Yi, dijo que China cree en el respeto y salvaguarda de la soberanía, independencia e integridad territorial de todas las naciones, enfatizando que Ucrania no es una excepción. Sin embargo, acusó a Estados Unidos de que sus nuevas sanciones no hacían sino echar “leña al fuego”. Luego de una llamada telefónica que sostuvo Wang con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, la diplomacia del gigante asiático solicitó que todas las partes en el conflicto resolvieran sus diferencias a través del dialogo y la negociación.

La exasesora del Parlamento Europeo, Zsuzsa Anna Ferenczy, señaló a Deutsche Welle que el equilibro mostrado por Pekín se debe a que “es consciente de que ver estallar un conflicto no le conviene, y Moscú está presionando a China para que tome algunas decisiones difíciles. China quiere proteger sus propios intereses como un acto de equilibrio”.

Oficiales ucranianos toman parte en ejercicios tácticos en la ciudad fantasma de Pripyat, cerca de la central nuclear de Chernobyl. Foto: AFP.

Respecto de los próximos movimientos de Putin, Charles-Philippe David señala que hay más dudas que certezas. “¿Acaso irá más lejos? No lo sé, y nadie lo sabe. ¿Puede ir mas lejos? Sí. ¿Tiene la capacidad para hacerlo? Sí. ¿Les teme a las consecuencias? Sí y no. Tendrá que reflexionarlo muy bien”, apunta el politólogo.

Queda la sensación de que Ucrania está abandonada a su suerte. “Por el momento, el Ejército ucraniano tendrá que enfrentar solo a la Armada rusa. Tristemente, sí”, evalúa David.