El hombre armado que intentó asesinar a Donald Trump disparó desde un tejado que estaba fuera del perímetro de seguridad del Servicio Secreto de Estados Unidos, una omisión grave que la agencia no debería haber cometido, dijeron dos exagentes.
Dos agentes de la policía local de Pensilvania fueron a comprobar una llamada de una persona sospechosa y estaban solos cuando uno de ellos, levantado por su compañero para que revisara el techo, se enfrentó al agresor, Thomas Crooks, de 20 años, dijo el comisario del condado de Butler, Michael Slupe, en una entrevista.
Este relato expuso una enorme brecha de seguridad, dijo Kenneth Valentine, un exagente especial del Servicio Secreto: “No debería haber podido subir al techo”.
Valentine dijo que la agencia también debería haber tenido a alguien vigilando los tejados y que fuera capaz de detener la amenaza como siguiente línea de defensa.
El Servicio Secreto, que es responsable de la seguridad de Trump como expresidente y candidato presidencial republicano, no respondió a múltiples solicitudes de comentarios.
Después del fallido ataque, la agencia dijo que el edificio, ubicado a aproximadamente 140 metros del escenario donde Trump hablaba, quedó fuera del área bajo vigilancia para el evento al aire libre, y la policía local y estatal dijeron que no era su responsabilidad.
Este descuido permitió a Crooks acceder al techo sin obstáculos y disparar directamente a Trump, rozándole la oreja, en un hecho que causó la muerte de un asistente al mitín y dejó a otras dos personas heridas.
“El Servicio Secreto dijo que el edificio estaba fuera del perímetro. Esto es incorrecto. Debería haber estado dentro del perímetro”, dijo un exagente del Servicio Secreto en una entrevista. “Este fue un error grave”.
Ambos exfuncionarios del Servicio Secreto dijeron que la agencia debería haber identificado el edificio como un potencial riesgo para la seguridad y garantizar que nadie pudiera entrar.
El presidente Joe Biden ordenó una investigación independiente para determinar cómo el agresor pudo haber estado tan cerca de matar a Trump a pesar de la fuerte seguridad brindada en el evento del sábado en Butler, Pensilvania. La agencia también enfrenta investigaciones del Congreso.
Slupe dijo a Reuters que los agentes de la comisaría del condado de Butler no eran responsables de la seguridad dentro o fuera del perímetro.
La Policía Estatal de Pensilvania, que ayudó a dotar de personal al evento, también dijo que no era responsable de garantizar la seguridad en el edificio, propiedad de la empresa de equipos de embalaje AGR International.