El empresario vitivinícola chileno Agustín Huneeus Quesney (53) fue sentenciado a cinco meses de prisión, 500 horas de servicio comunitario y el pago de una multa de US$ 100 mil tras declararse culpable de "conspiración para cometer fraude" en el marco de la investigación por el pago de una serie de coimas para que sus hijos pudieran ingresar a prestigiosas universidades de Estados Unidos conocida como "Operación Varsity Blues".
El chileno de 53 años deberá ingresará a una prisión en la ciudad de Atwater (California) el próximo 4 de noviembre.
De acuerdo al Departamento de Justicia de EE.UU., el acusado habría pagado US$ 300 mil en materia de sobornos para que su hija obtuviera un cupo para ingresar a la Universidad del Sur de California (USC).
Antes de la lectura de sentencia, el fiscal Justin O'Connell detalló que el chileno no quedó satisfecho con los primeros resultados en el examen de admisión de su hija (1480 puntos) -obtenido tras un soborno de US$ 50 mil- por lo que decidió volver a pagar para mejorar el puntaje. "Mentir es algo natural para el señor Huneeus", añadió.
El empresario viñatero también tuvo oportunidad de hablar antes de que se diera a conocer su condena: "Hoy es un día difícil, un día demasiado difícil. Después de mi sentencia, comienza el resto de mi vida. Quiero más que nada pagar mi crimen y reparar el daño que he causado", según preciso el periodista estadounidense, Chris Villani.
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La condena fue leída está tarde en el novena Sala de la Corte Federal de Massachusetts.
Según los fiscales del caso, el empresario no solo sobornó a los funcionarios universitarios encargados del reclutamiento de deportistas, sino que además pagó para arreglar los resultados de los exámenes SAT de su hija. Cuando se destapó el escándalo en marzo, Huneeus Quesney fue detenido en San Francisco, pero libertado tras el pago de una fianza de un millón de dólares.
La historia del caso
El 29 de marzo, Huneeus hizo una aparición inicial ante el tribunal federal de Boston. En esa instancia, la jueza le comunicó los cargos y las penas máximas que arriesgaba, que por el cargo que enfrentaba, correspondían a una sentencia de no más de 20 años en prisión, tres años de libertad vigilada y una multa de US$250 mil, o dos veces la ganancia o pérdida bruta por el fraude, lo que fuera mayor. Sin embargo, esto está lejos de la sentencia que finalmente recibió.
El viernes 27 de septiembre, su defensa presentó un informe con argumentos para rebajar la condena del viñatero a dos meses de cárcel, 350 horas de servicio comunitario y una multa de US$95 mil. Señalan, entre otras cosas, que la hija de Huneeus nunca ingresó efectivamente a USC, que otros acusados en situaciones similares recibieron solo cuatro meses y que, hasta involucrarse en el escándalo, el empresario chileno había sido un ciudadano ejemplar. Además, hicieron una diferencia entre su cliente y los otros padres que ya se presentaron ante la jueza a cargo del caso, Indira Talwani, señalando que el acusado no contrató expertos "para explicar o contextualizar su conducta". Algunos de los padres pagaron a psicólogos y criminólogos para que contribuyeran en su defensa.
Por otro lado, Huneeus había empezado a trabajar como voluntario en dos organizaciones sociales previo al anuncio de su sentencia. Una de ellas es Glide Foundation, que entrega servicios a los más vulnerables de San Francisco, donde el empresario cocina y sirve platos en un comedor comunitario dos o tres veces por semana. La otra es Napa Valley Farmworker Foundation, que tiene como misión "apoyar y promover a los trabajadores de viñedos del condado de Napa a través de la educación y el desarrollo profesional".