La Paz vivió una nueva jornada de violentas manifestaciones, con al menos 20 muertos y 542 heridos en total, según cifras de la Defensoría del Pueblo.
Desde México, el exmandatario Evo Morales acusó a la Presidenta interina, Jeanine Áñez, de reprimir al pueblo con apoyo de los militares. Áñez, por su parte, denunció que Evo ha alentado la violencia desde su exilio.
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, señaló hoy que las muertes más recientes en Bolivia "parecen derivar de un uso innecesario o desproporcionado de la fuerza por parte de personal policial o militar", y advirtió que la situación está evolucionando de manera peligrosa, porque "lejos de apaciguar la violencia, es posible que la empeore".
Por eso, Bachelet pidió a las autoridades datos sobre el número de personas detenidas, heridas y fallecidas durante las protestas, además de que se investiguen todos los casos.