Varias decenas de personas fallecieron repentinamente entre el lunes y el martes en el área de Vancouver, unas muertes que probablemente tienen relación con la ola de calor que azota el oeste de Canadá y partes del noroeste de Estados Unidos, anunció la policía federal canadiense.
Dos oficinas de la Real Policía Montada de Canadá (RPMC) de la región de Vancouver han anunciado que al menos 69 personas han muerto repentinamente desde el lunes, cuando la ola de calor alcanzó su peak de temperaturas.
“Creemos que el calor contribuyó a la mayoría de las muertes”, dijo un comunicado de la policía, agregando que la mayoría de las víctimas son ancianos.
“Este tiempo puede ser mortal para los miembros vulnerables de nuestra comunidad, especialmente los ancianos y los que tienen problemas de salud subyacentes”, dijo un portavoz de la RMPC de Burnaby, Mike Kalanj, instando a la gente a “comprobar cómo están sus seres queridos y vecinos”.
Un mensaje del que se hizo eco inmediatamente el primer ministro de la provincia de Columbia Británica, John Horgan: “Esta es la semana más calurosa que han vivido” los habitantes de esta región, dijo en una rueda de prensa.
“Y eso tiene consecuencias, consecuencias desastrosas para las familias y las comunidades, pero, de nuevo, la forma de superar este momento extraordinario es permanecer unidos, comprobar (el estado de salud) de las personas que sabemos que están en riesgo, asegurarnos de que tenemos compresas frías en la nevera”, añadió.
Vancouver, situada en la costa del Pacífico, lleva varios días registrando temperaturas por encima de los 30 grados Celsius, muy por encima de los 21 grados que de media hay en estas fechas.
El lunes se batió el récord de la temperatura más alta registrada en Canadá. Fue en la localidad de Lytton, al noreste de Vancouver, donde se registraron 47,9 grados.