Al menos tres personas han muerto por nuevos ataques rusos sobre la localidad ucraniana de Jersón, en el este del país, en una madrugada marcada de nuevo por las operaciones con drones kamikaze, táctica recurrente de las Fuerzas Armadas de Rusia para evitar riesgos para sus tropas.
El gobernador de Jersón, Oleksandr Prokudin, ha informado en Telegram del impacto de un proyectil en un edificio residencial de la capital regional.
Como resultado, murieron un matrimonio octogenario, mientras que los servicios de emergencia han descubierto un tercer cadáver entre los escombros en otra zona de la ciudad.
La Fuerza Aérea de Ucrania estima que el país ha sufrido los ataques de 15 drones, de los cuales 14 han sido derribados por los sistemas de defensa antiaérea.
Las aeronaves habrían sido lanzadas desde la región de Primorsko-Ajtarsk, situada en la zona sur de Rusia, a orillas del mar Negro.