En momentos de crisis en el gobierno argentino, el Papa Francisco monitorea la situación a lo lejos. Con la coalición de gobierno fracturada, una inflación histórica y un contexto mundial que empeora la economía trasandina, los medios locales especulan ahora sobre un supuesto alejamiento entre Jorge Bergoglio y la Casa Rosada. La primera ruptura habría sido a raíz de la aprobación de la ley de interrupción del embarazo, en diciembre de 2020, pero la grieta se habría profundizado con la renegociación de la deuda con el FMI y el posterior quiebre oficialista.

Por esto mismo, esta semana el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Santiago Cafiero, volará al Vaticano y se encontrará con el líder de la Iglesia Católica, en una reunión en la que discutirían sobre la situación en el gobierno, la crisis global generada por la invasión rusa a Ucrania, y de paso, la posibilidad -lejana, por ahora- de que Francisco visite Buenos Aires en el mediano plazo.

Si bien no es una enemistad abierta, la relación entre el Papa y el presidente de Argentina ha tenido mejores momentos: en enero de 2020, a pocos días de que Fernández llegara a la Casa Rosada, ambos sostuvieron una reunión de más de 45 minutos. En comparación, su última cita, en mayo de 2021, no habría durado más de 20. Un frío intercambio epistolar también mostraría la distancia entre ambos líderes.

El Presidente Alberto Fernández espera a la llegada de su par de Ecuador, Guillermo Lasso, en la Casa Rosada. Foto: AP

El enfriamiento entre el Vaticano y la Casa Rosada se enmarca en la crisis que está viviendo el Frente de Todos, la coalición de gobierno, y que tiene como mayor símbolo el hecho de que el presidente y la vicepresidenta llevan un mes y medio sin dirigirse palabra, según la prensa argentina. Esto último, debido al rechazo que causó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), logrado por Alberto Fernández para renegociar la deuda contraída en el gobierno de Mauricio Macri, y al que se opuso la agrupación La Cámpora y gran parte del ala kirchnerista –o cristinista– del oficialismo.

Según fuentes citadas por el diario Clarín, el origen de la molestia del Papa Francisco con Alberto Fernández es previa a esta crisis, y tiene su origen en la aprobación del aborto, en diciembre 2020. Esto, debido al apoyo abierto que el gobierno dio a la iniciativa: en ese entonces, Fernández participó en persona de las negociaciones que se hicieron para que la ley pasara el filtro del Senado.

Asimismo, el Pontífice estaría “disgustado” -como el núcleo duro del kirchnerismo- con el rumbo de la gestión peronista. A pesar de no querer involucrarse directamente en la guerra interna del Frente de Todos, el Papa ya ha sostenido reuniones con funcionarios de ambos bandos, tanto albertistas como cristinistas. En marzo recibió a Gustavo Béliz, secretario de Asuntos Estratégicos de Argentina y cercano al presidente, y con quien habló de la situación argentina y el contexto mundial. A principios de abril, fue el ministro de Interior Eduardo “Wado” de Pedro, el kirchnerista de mayor peso en el gobierno después de Cristina, quien visitaría a Francisco, y los temas conversados habrían sido esencialmente los mismos.

Este viernes es el turno del canciller Santiago Cafiero, más cercano al presidente, y que aprovechando un viaje a Italia pasará a visitar al Papa al Vaticano. Precisamente este fin de semana, refiriéndose a la crisis interna del gobierno, el ministro increpó a los kirchneristas: “Nadie obliga a nadie a ser parte de un gobierno en el que no coincide con el rumbo (…) todos los que están trabajando en el Ejecutivo deben coincidir con el rumbo que ha fijado el presidente y con las decisiones que va tomando”.

En la reunión se espera que Cafiero extienda una invitación al Papa para que visite su país natal el próximo año, pero según indican los medios argentinos, es casi imposible que esto ocurra, al menos en 2023, ya que es un año electoral, y el Pontífice evita visitar países en plena campaña presidencial. El próximo año se cumplen 10 años de papado, en lo que es visto como una fecha con alto contenido simbólico.

Enrique "Wado" de Pedro, hoy ministro de Interior, en una reunión formal con el Papa Francisco en 2014. Foto: AP

En medio de estas reuniones, un intercambio epistolar entre el Papa y Alberto Fernández ha suscitado las especulaciones de los medios transandinos, respecto a la tensión entre ambos líderes. El 13 de marzo, Francisco cumplió nueve años desde que fuera electo Papa, y por lo mismo, el presidente de Argentina le envió una carta felicitándolo por ese aniversario.

La respuesta papal llegó la semana siguiente, y los medios argentinos destacaron la manera en que el Pontífice se refirió a la situación en su país. “Pensando en las actuales dificultades que tantos hijos e hijas de la Nación argentina tienen que enfrentar, imploro el auxilio de nuestra señora de Luján para que, intercediendo ante el Señor Jesús, príncipe de paz, les obtenga a usted y a sus colaboradores la asistencia del espíritu de la verdad para trabajar por el bien común y procurar soluciones adecuadas a los problemas que afligen, de manera particular, a los más débiles y descartados”, escribió Francisco.

En Twitter, Alberto Fernández publicó una foto con el contenido de la carta, donde junto con agradecer la respuesta, llamó al Pontífice un “líder moral”. “Estimo profundamente la carta que me envió. Valoro sus palabras como un faro para enfrentar los desafíos de este tiempo y agradezco de corazón sus buenos deseos. El mundo tiene la fortuna de contar con un líder moral que promueve la paz, la equidad y la unidad”, publicó el mandatario en la red social.

El Presidente Alberto Fernández junto a la primera dama, Fabiola Yáñez. Foto: Reuters

Sin embargo, Clarín destacó un detalle de la respuesta del Papa: “Le agradezco su carta del 14″. “Elegante pero ácido, como acostumbra, la devolución escrita del Papa Francisco a las felicitaciones enviadas por Alberto Fernández incluyó una sutileza que no podía dejar pasar: enrostrarle al Presidente que la carta de buenos deseos por el noveno aniversario del pontificado había llegado a sus manos el 14 de marzo, y no el 13, fecha de la elección papal”, consignó el periódico.

Durante la semana pasada, en tanto, nació el hijo del Presidente Alberto Fernández y su esposa Fabiola Yáñez, y como indicaron hace unas semanas, lleva por nombre Francisco, precisamente en honor al Papa. En una entrevista con la revista Gente, la primera dama dio los motivos de la elección de este nombre: “Cuenta con un significado muy lindo… ‘perteneciente al pueblo de los francos’. Procede del latín Francos, que significa sobre libre. Además, hay que sumarle que adoramos mucho al Papa Francisco”.

El 14 de abril, Fabiola, Alberto y su hijo Francisco dejaron el Sanatorio Otamendi, en la capital argentina, que destacó que tanto la madre como el recién nacido estaban en perfecto estado de salud. “Estos tres días goberné desde el sanatorio, hice venir a mis ministros acá”, apunto el mandatario. Hasta ese momento, Fernández había suspendido toda su agenda oficial para acompañar a su esposa.

“Es un oasis en estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir”, declaró también el presidente. Precisamente en la visita de Cafiero al Vaticano, se espera que el canciller le transmita al Papa la voluntad de Alberto Fernández de que bautice a su hijo Francisco.