La ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, ha opinado este viernes que Israel debería ceder el control de la Franja de Gaza una vez finalizada la guerra con Hamas frente a las pretensiones del gobierno israelí de controlar el enclave a través de una zona de seguridad en el interior del territorio gazatí.
Baerbock ha indicado que, tras la guerra, deben gobernar en Gaza “las palestinas y los palestinos, libres de Hamas, libres del terror, autodeterminados y con un gobierno libremente elegido por ellos, también en Cisjordania”, según declaraciones al grupo de medios Funke.
Aunque la ministra ha reconocido que tal cosa no ocurrirá de un día para otro “no hay que perder de vista el horizonte político, especialmente ahora en tiempos de guerra”.
La titular de Exteriores ha explicado, en este sentido, que el gobierno alemán trabaja con sus socios árabes para garantizar que la solución de dos Estados sea viable, lo que implica la construcción de una infraestructura civil, la reforma de la autoridad palestina, la reconstrucción económica y una estructura de seguridad, incluyendo garantías de seguridad para Israel y los palestinos.
“Y esto incluye recordar al gobierno israelí que la política de asentamientos no solo impide la creación un Estado palestino, sino que también obstaculiza literalmente la paz. Porque únicamente la solución de dos Estados puede traer la paz duradera y la seguridad para el pueblo de Israel”, ha mantenido, en relación al polémico anuncio de Israel de declarar unas 800 hectáreas de territorio ocupado de Cisjordania como tierra estatal israelí.
Baerbock ha afirmado que cualquier iniciativa de protección durante un periodo transitorio, antes de que dos Estados puedan convivir en paz, solo es posible con garantías internacionales de seguridad, dado que Israel debe estar segura de que nunca más habrá una amenaza terrorista procedente de Palestina, y los palestinos deben estar seguros de que pueden vivir con seguridad y dignidad en su propia tierra.
“Esto significa, por supuesto, que hay que implicar a los países árabes vecinos, que gozan de confianza allí, pero también a los (países) amigos de Israel. Por eso a los alemanes, estadounidenses y los británicos nos preocupa intensamente el horizonte político”, agregó la ministra.