Según la encuesta, el 62% de los jóvenes brasileños se irían del país si pudieran. ¿Es la primera vez que ese índice es tan alto?
Es la primera vez que Datafolha aplica esta pregunta. El alto porcentaje, incluso sin evolución, traduce el sentimiento de pesimismo actual de los brasileños, especialmente en un segmento como el de los jóvenes, generalmente asociado a la esperanza.
¿Cuáles son las principales razones por las que los jóvenes quieren dejar el país?
Brasil vive hoy marcado por la suma de varias crisis. Crisis de representación política, con creciente descrédito de las instituciones democráticas, crisis económica con tasas elevadas de desempleo y caída en el poder adquisitivo, crisis en la seguridad pública, con tasas récord de homicidio y letalidad policial. Los jóvenes componen el estrato más victimizado en estas crisis. Ellos componen el perfil de los que más sufren la violencia urbana, son excluidos del mercado formal de trabajo y ven incertidumbres en las políticas públicas en el área de la educación. Todo esto junto, genera miedo y consecuentemente desilusión con el país donde nacieron.
La investigación revela que la mayoría de los graduados desearía cambiarse permanentemente al extranjero. ¿Cómo afecta este fenómeno a la economía brasileña?
Si se utiliza como referencia el grado de escolaridad, se llega al 56% de los que tienen nivel superior demostrando el deseo de salir del país. Se puede decir que es una mano de obra calificada, que generalmente mueve el mercado formal de trabajo, el emprendimiento y la investigación. El fenómeno potenciaría la precarización de servicios y demandaría inversiones en formación técnica en corto espacio de tiempo.