El gobernador del estado mexicano de Jalisco, Aristóteles Sandoval, despidió al director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, Luis Octavio Cotero, luego de que se diera a conocer que en un camión de refrigeración se almacenaban 157 cadáveres no reclamados por falta de espacio en la morgue estatal.

El sábado los vecinos de Paseos del Valle en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga en Jalisco advirtieron a las autoridades por un nauseabundo olor que emanaba un camión refrigerado aparcado a solo metros de distancia de sus casas.

Al interior del inmenso vehículo se hallaban los cadáveres que no había sido reclamados por sus familias, de hecho las denuncias de los vecinos obligó a que las autoridades de Jalisco admitiera que utilizaban este tipo de vehículos para almacenar hasta 300 cuerpos de medida temporal.

La unidad había recorrido diferentes puntos de la ciudad y estacionada en distintos lugares, hasta permanecer en un campo abierto, pero tuvo que ser removido debido a las quejas de los vecinos.

El gobernador Sandoval describió este caso como "indolencia y negligencia". Sin embargo, Cotero había advertido hace dos años sobre la poca disponibilidad de la morgue producto de las crecientes cifras de homicidios en el país.

A ello se agrega que el director del instituto forense admitiera que había rentado un segundo camión refrigerado después de que la primera se llenara de cadáveres no reclamados, aunque aun se desconoce su ubicación.

Roberto López Lara, secretario general del Gobierno de Jalisco explicó que esta medida es hasta que concluya la construcción del nuevo Campo Experimental Forense en Tonalá, el que según proyecciones, estará terminado en un mes y medio.

En tanto, las autoridades no saben cómo manejar el número sin precedente de cadáveres causado por la ola de violencia en México. Las autoridades han registrado 16.339 homicidios en México en los primeros siete meses del año, un incremento de 17% sobre el mismo periodo de 2017.

Las autoridades estatales consideran construir un cementerio para cadáveres no reclamados que puedan ser localizados de nuevo en caso de que los identifiquen. Sin embargo, los vecinos próximos al proyecto, que podrí­a contener 800 cuerpos, se oponen por temor a que les acarree delincuencia, enfermedades, hedores y decremento en el valor de sus propiedades.