Las fuerzas rusas y los grupos armados afiliados son responsables de la “gran mayoría” de las muertes de civiles durante la guerra en Ucrania, aseguró la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

Bachelet sostuvo que las víctimas civiles fueron causadas por armas explosivas, incluyendo artillería pesada, sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple y ataques aéreos y con misiles.

“Según nuestra información, aunque estos incidentes pueden atribuirse a ambos bandos en el conflicto, la mayoría de las víctimas parecen ser atribuibles a las fuerzas armadas rusas y a grupos armados afiliados”, señaló en una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en la que entregó una actualización detallada de la situación en Ucrania.

El gobierno de Kiev y sus partidarios impulsaron la convocatoria de una sesión extraordinaria del organismo integrado por 47 naciones. El Consejo, con sede en Ginebra, votará una resolución que reiteraría su pedido de “cese inmediato de las hostilidades militares contra Ucrania”.

La Asamblea General de la ONU aprobó el mes pasado la suspensión de Rusia del máximo órgano de derechos humanos de la ONU debido a las acusaciones de crímenes de guerra de las fuerzas rusas.

Mariupol

Bachelet denunció que en Ucrania siguen cometiéndose todo tipo de abusos que podrían ser constitutivos de crímenes de guerra y que tienen como principal víctima a los civiles, como ha quedado de manifiesto con el hallazgo de más de mil cadáveres en la región de Kiev y los “miles” de muertos que se estima hay en la ciudad portuaria de Mariupol.

“Mariupol y sus residentes han sufrido horrores inimaginables”, afirmó la expresidenta chilena.

Bachelet entregó un balance de una guerra que, al día de hoy, sigue sin tener un número claro de víctimas, ya que si bien confirmó el fallecimiento de unos 3.500 civiles, asume que “los datos reales probablemente sean mucho mayores”.

El recuento de la oficina de la ONU, que ya ha realizado dos visitas sobre el terreno, sólo se basa en datos verificados. “En zonas de intensos enfrentamientos, principalmente en Mariupol, ha sido difícil que mi equipo pudiese acceder y obtener y corroborar información”, explicó Bachelet.

En las localidades cercanas a Kiev, se han registrado muertes directas por combates, pero también ejecuciones sumarias o fallecimientos derivados indirectamente de la guerra, bien por las repercusiones que ha tenido en la salud de los civiles o por la falta de atención médica.

Algunas personas “han pasado semanas en sótanos recibiendo amenazas de soldados rusos”, relató Bachelet, citando como ejemplo la reclusión durante 28 días de 360 personas, 74 de ellas niños, en el sótano de una escuela de la región de Chernígov. “Murieron diez personas mayores”, lamentó.

Bachelet consideró también “impactantes” las ejecuciones perpetradas en zonas al norte de la capital, Kiev -al menos 300, aunque “las cifras seguirán aumentando a medida que salen nuevas pruebas”-. La localidad de Bucha ha sido uno de los símbolos de la barbarie durante esta guerra.

Los abusos también se extienden a la zona sureste de Ucrania, donde las tropas rusas han realizado un férreo asedio sobre Mariupol, “una ciudad antes próspera y ahora en ruinas”, expuso la Alta Comisionada, que expresó su “alivio” por la evacuación de más de 500 civiles desde la acería de Azovstal, foco de combates en las últimas semanas.

La ONU también constató casos de violencia sexual, desapariciones forzosas, ataques contra escuelas, hospitales o edificios de índole religiosa.

Bachelet dijo que el final del conflicto es un “objetivo prioritario” para tratar de evitar nuevas víctimas civiles.

No obstante, y mientras duren los combates, emplazó a todas las partes a dar “instrucciones claras” a sus tropas para que distingan entre objetivos militares y civiles, de tal forma que quienes cometan algún tipo de abuso tengan en cuenta que serán juzgados.