“Nos estamos preparando para lo peor”, dice Janay Clanton, una residente de Minneapolis, donde este lunes patrullan las fuerzas de seguridad y las tiendas están blindadas en espera del veredicto del juicio por la muerte del afroestadounidense George Floyd.

“Todo explotará”, pronostica esta mujer de 62 años, si el policía blanco Derek Chauvin no es declarado culpable de homicidio.

Clanton no es la única preocupada: tras la muerte de Floyd mientras era detenido por Chauvin en mayo pasado, las emociones han estado al límite en esta metrópolis del norte de Estados Unidos, convertida en sinónimo de enormes protestas contra la injusticia racial y la violencia policial.

Minneapolis, una ciudad típica del Medio Oeste, tiene más de 400 mil habitantes.

Los rascacielos rodean el palacio de justicia donde está llegando a su fin el juicio del policía blanco. Cada una de estas torres de oficinas decidió protegerse detrás de enormes placas de madera, de varios metros de altura.

Una tienda de la cadena Target, a unos cientos de metros del tribunal, sigue abierta para sus clientes, pero está tan tapiada que no se distingue de un edificio abandonado.

“Vivo en el centro de la ciudad, y todos estamos bastante preocupados por el resultado del juicio. Se nota caminando por la ciudad”, se lamenta Clanton.

Alrededor del juzgado, vehículos del ejército, detrás de bloques de hormigón y portones de tres metros de altura, dan testimonio de la sensibilidad del juicio, que entró en su fase final, con los alegatos finales antes de que el jurado se retire a deliberar.

Cualquier decisión que no sea un veredicto de culpabilidad podría sumir a la ciudad, donde aún caen algunos copos de nieve, en nuevas manifestaciones.

Si es el caso, “creo que habrá disturbios y la gente estará realmente enojada”, opina Pouya Hemmati, una cirujana de 31 años.

Pera ella, Chauvin debe condenado por lo que considera un “asesinato” y un caso de “brutalidad policial” contra Floyd.

“Todos lo vieron poner su rodilla en su cuello durante 9 minutos y medio”, afirma.

Como prueba de la tensión reinante, la policía anunció que el domingo por la mañana dos efectivos de la Guardia Nacional fueron atacados por disparos desde un automóvil en marcha.

Ninguno fue alcanzado por las balas y solo recibieron heridas superficiales, más que nada de vidrios rotos.

Maxine Waters, una congresista demócrata negra de California que viajó especialmente a Minnesota, ha sido acusada por funcionarios republicanos de echar leña al fuego este fin de semana.

“Debemos quedarnos en las calles, debemos ser más activos, debemos ser más agresivos”, declaró la octogenaria, quien dijo que esperaba la condena de Chauvin.

“Impulsar un cambio”

Para algunos residentes, los anales judiciales de Minnesota, cuando se trata de casos que involucran a policías, hacen que sea más probable un veredicto de no culpable.

“La única vez que vimos (a un policía) ser condenado fue a una persona de color. Entonces, como persona de color, no espero que el resultado esté - entre comillas - a mi favor”, señala Ashley Commodore.

“No creo que sea condenado, y creo que la ciudad se está preparando para eso”, apunta esta cantante de 33 años, citando la presencia de la Guardia Nacional.

La joven prevé “disturbios y enfrentamientos” que se “duplicarán o incluso se triplicarán” en intensidad en comparación con el año pasado.

Pero si Chauvin es declarado culpable, Commodore espera que el caso “realmente impulse un cambio” en la forma en que opera la policía en Minnesota.

Clanton quiere ser optimista. “Solo espero que todo salga bien, que todos queden satisfechos y que nuestra ciudad siga en pie”, dijo.