La casa empezó a moverse como en un terremoto mientras afuera caía un fuerte aguacero acompañado de un inusual y ensordecedor estruendo. De repente agua y piedras empezaron a ingresar por las puertas y ventanas del primer piso y sólo atinó a correr hacia la terraza, relató este martes Imelda Pacheco al frente de la que fuera su vivienda.
Tras casi 24 horas de intensas lluvias, un aluvión bajó desde los bosques por las laderas de la montaña Ruco Pichincha hasta asentamientos urbanos ubicados en la parte alta del centro-oeste de Quito arrasando con todo a su paso: personas, vehículos, motocicletas, cualquier cosa que se le interpusiera en las calles de los barrios La Comuna y La Gasca. Las autoridades han confirmado al menos 24 muertos.
“Apenas tuve tiempo de agarrar de la mano a mi hijo de cuatro años y corrí a las escaleras, hacia la terraza. De un momento a otro las paredes de adelante y de un costado desaparecieron. Gritábamos a las vecinas del primer piso, pero el agua se las llevó a la madre y a la hija”, dijo Pacheco a The Associated Press.
“Seguíamos gritando a los vecinos de las casas cercanas, pero el estruendo del lodo y el aguacero no dejaba oír nada”, señaló la mujer frente de la que fuera su casa, la primera en ser impactada por el aluvión que se llevó todas sus posesiones.
Aseguró que la calle se había convertido en un río turbulento, con olas de más de dos metros y donde se escuchaban gritos desesperados. “Pensé que nos íbamos a morir con mi hijo, le abracé fuerte y temblábamos, creo que era el frío y el miedo. Nos salvamos con lo justo”, dijo la mujer antes de romper en llanto.
Muertes y daños
La Secretaría de Seguridad del Municipio capitalino informó que el alud de la tarde del lunes dejó 24 fallecidos, 48 heridos -dos en estado crítico-, 12 desaparecidos y ocho viviendas colapsadas además de daños materiales aún no cuantificados.
Autoridades municipales y empresas privadas adelantan la recolección y entrega de vituallas y ropa para los damnificados de esa zona, donde organizaciones animalistas buscan y rescatan mascotas en medio del lodazal y escombros.
El alcalde de Quito, Santiago Guarderas, explicó que se produjo por la sobresaturación del suelo a causa de las intensas lluvias, lo que desencadenó “un deslizamiento de las laderas al cauce y se produjo el aluvión que sobrepasó el embalse” de la quebrada El Tejado.
Más de 12 horas después del desastre seguían saliendo pequeñas olas de agua lodosa desde esa quebrada mientras los vecinos sacaban piedras, troncos y desperdicios en medio del cansancio y el dolor.
En la misma zona hace cerca de 50 años se produjo un hecho similar.