Después de tanto tiempo –dentro y fuera de prisión–, Amanda Knox vuelve a Italia a limpiar su nombre de una vez por todas. Nacida en Seattle, la joven tenía solo 20 años cuando fue detenida junto a su novio italiano, Raffaele Sollecito, por el brutal asesinato de Meredith Kercher, de 21 años, en el departamento que compartían en Perugia, en el centro de el país, en 2007.

Condenados en primera instancia en 2009, ambos fueron absueltos en apelación, luego juzgados de nuevo y finalmente exonerados en la Corte de Casación en 2015. En ese tiempo, la norteamericana había pasado cuatro años en prisión en Italia.

Durante la investigación, Knox llegó a implicar en el asesinato al congoleño Patrick Lumumba, propietario de un bar, aunque rápidamente fue exonerado. Fue condenada en 2011 a tres años de prisión por difamación contra él, aunque nunca fue enviada tras las rejas de nuevo: ya en octubre, la Corte de Casación anuló esa condena, ordenando un nuevo proceso en Florencia, que empezó este miércoles.

Amanda Knox mientras habla en el Festival de Justicia Criminal de Módena, Italia, el 15 de junio de 2019. Foto: Reuters

El 5 de junio entraré a la sala del tribunal donde una vez fui condenada por un delito que no cometí, esta vez para defenderme nuevamente”, escribió Amanda Knox, ahora de 36 años, en X.

Knox fue acusada de difamar a Lumumba, el dueño del bar congoleño que la empleaba a tiempo parcial, basándose en dos declaraciones mecanografiadas por la policía que ella firmó durante una larga noche de interrogatorio pocos días después del asesinato. Intentó retroceder su historia en una nota escrita a mano de cuatro páginas la tarde siguiente, pero el memorando mostraba su confusión mientras intentaba conciliar las declaraciones policiales firmadas con sus propios recuerdos contradictorios.

Durante su primer juicio, Knox dijo que la presión policial la llevó a acusar inicialmente a un hombre inocente, afirmación que repitió el miércoles ante el tribunal de apelaciones de Florencia. La condena por difamación y la sentencia de tres años se mantuvieron hasta que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que los derechos de Knox habían sido violados durante el interrogatorio sin un abogado o un traductor calificado.

Sobre la base de ese fallo, el tribunal más alto de Italia anuló la condena en noviembre pasado, y dictaminó que las dos declaraciones mecanografiadas por la policía eran inadmisibles. Ordenó un nuevo juicio, estipulando que el tribunal examinaría sólo la declaración escrita a mano de Knox en busca de elementos que respaldaran la difamación.

Amanda Knox a la salida de la Corte en Florencia. Foto: Reuters

Meredith Kercher fue encontrada semidesnuda y apuñalada 47 veces con signos de agresión sexual el 1 de noviembre de 2007. Primero, durante un interrogatorio, Amanda Knox acusó a Patrick Lumumba, de ser el asesino de Kercher. Los tres sospechosos, el novio de Knox incluido, quedaron encarcelados.

Pero una semana más tarde, tras descubrir rastros de ADN pertenecientes a Rudy Guede, un inmigrante marfileño, en la habitación de la víctima, Patrick Lumumba fue puesto en libertad. Ubicado en Alemania, Guede fue arrestado y luego extraditado a Italia. Ante los investigadores admitió haber tenido relaciones sexuales con Kercher, pero afirmó que fueron consentidas y que él no estuvo involucrado en su muerte.

En 2008, Rudy Guede fue declarado culpable de asesinato y agresión sexual y sentenciado a 30 años de prisión, pena que luego se redujo a 16 años. Se le concedió la libertad anticipada en noviembre de 2021.