El continente americano lleva varios meses como el epicentro del coronavirus en el mundo, pero es América Latina la región que ha impuesto las cuarentenas más largas, a diferencia de Estados Unidos u otros lugares, donde hace rato pusieron fin a los confinamientos. Ello da cuenta de que en parte importante de esta zona del mundo la pandemia de coronavirus está lejos de terminar.

El 26 de febrero apareció el primer paciente positivo en América Latina y para el 20 de marzo todos los países de la región habían registrado infectados. Mientras la mitad del planeta vuelve a las calles con reaperturas, los gobiernos de la región están entrampados en detener la pandemia y evitar seguir extendiendo el confinamiento que en algunas zonas rige hace más de cinco meses.

Los países sudamericanos lideran las cuarentenas más largas del mundo, con la excepción de India, que mantiene limitaciones desde el 25 de marzo, pero que solo continúan en las zonas de mayor positividad. Brasil, Perú, Colombia, Chile y Argentina son los países con el mayor número de contagios totales -aunque Chile registra menos de 2 mil casos diarios- y las cuarentenas más largas.

Cada nación diseñó su propia estrategia para enfrentar al virus con variables: obligatoriedad de mascarillas, cierre de comercio y distanciamiento social. A pesar de que no todos decretaron una cuarentena obligatoria nacional, en lo que sí coinciden mayoritariamente es en el cierre de escuelas y universidades.

Los primeros encierros

El primer gobernante en ordenar un confinamiento total fue Martín Vizcarra en Perú, cuya cuarentena comenzó a regir el 16 de marzo con estado de emergencia, cierre de fronteras y paralización del transporte público, dejando a los 33 millones de peruanos en sus hogares. Aunque los ciudadanos solo tenían permisos para salir a comprar, ir a un centro asistencial o por trabajos esenciales, la cifra de contagios no se detuvo y la tasa de mortalidad llegó a 856 por cada millón de habitantes.

Algunas de las razonas por la que el país “más precavido” de la región no logró buenos resultados -con 621 mil casos y más de 28 mil muertos- se debería a que casi el 70% de la población vive de trabajos informales, por lo que la mayoría tuvo que seguir en la calle para poder subsistir, lo que se sumó a la falta de infraestructura y de insumos hospitalarios.

Ante esto, el 26 de junio el gobierno decidió pasar de la cuarentena a un “aislamiento social focalizado”, pero, ante la falta de resultados, el Ejecutivo extendió ayer el estado de emergencia hasta el 30 de septiembre por los repuntes, dejando a cuatro regiones y 46 provincias en cierre.

Una gestión similar, pero al revés, asumió Chile, que en primera instancia ordenó cuarentenas dinámicas por comunas para luego, el 13 de mayo, ordenar cierre total del Gran Santiago y seis comunas aledañas, lo que posteriormente se extendió a otros puntos del país. Sin embargo, desde la próxima semana el 55% de la Región Metropolitana estará en Fase 2 de Transición.

Paseo Ahumada: Mario Téllez

La cuarentena más extensa

La primera muerte en Sudamérica por Covid-19 tuvo lugar el 7 de marzo en Argentina y 13 días después comenzó a regir la “cuarentena más larga del mundo”. Anoche, el gobierno transandino anunció una extensión hasta el 20 de septiembre (ver página 28).

La región metropolitana de Buenos Aires, donde vive el 40% de la población, cumple 162 días de encierro y es el epicentro del virus. Actualmente, los bonaerenses conviven con la undécima prolongación del confinamiento. El Presidente Alberto Fernández, que a inicios de agosto implementó la prohibición de reuniones familiares -lo que generó protestas-, había dicho que no le gustaría extender la cuarentena. Argentina, con más de 10 mil casos diarios en la última semana, alcanza hoy los más de 390 mil casos y 8.129 fallecidos.

Foto: AFP

Ecuador, por su parte, comenzó la cuarentena el 17 de marzo y desde el 3 de junio -cuando relajó las restricciones para reactivar la economía- registra un incremento de casos positivos.

Colombia, que inició el 25 de marzo el confinamiento y que ahora registra 10 mil casos diarios, busca evitar un repunte. Para esto, desde el 1 de septiembre iniciará la etapa de “aislamiento selectivo”, que durará hasta fin de ese mes y solo contará con “restricciones puntuales” como en eventos y aglomeraciones.

Los mismos pasos seguirá Bolivia, que desde el martes dará inicio a la “fase postconfinamiento”, que se suma a la flexibilización ordenada el 1 de junio luego de tres meses de cierre.

Excepciones

Uruguay nunca dictó un confinamiento obligatorio, tal como ocurrió en Suecia. En vez de ello, en marzo el gobierno solicitó a los ciudadanos seguir medidas voluntarias para cuidar su salud, pero con las clases y los eventos masivos suspendidos.

Desde el domingo, Asunción, la capital paraguaya, vive bajo “cuarentena social”, que se extenderá hasta el 6 de septiembre y que busca disminuir los casos metropolitanos con horarios par a desplazamientos y límites de aforo.

Un caso especial es Brasil, que siendo el país más golpeado por el virus en la región y el segundo a nivel mundial nunca decretó un cierre total. El Presidente Jair Bolsonaro se opuso a las medidas dictadas por la OMS y asistió a una serie de manifestaciones en las que tildó al virus de “gripecita”.

Ante esto, los brasileños aplicaron sus propias restricciones locales. En marzo, 25 gobernadores de los 27 estados ratificaron aislamiento a pesar de la oposición de Bolsonaro, que en en julio dio positivo al virus.

Una de las zonas que lleva más tiempo con limitaciones es el estado de Sao Paulo, que impuso cuarentena el 24 de marzo y esta semana la extendió hasta el 6 de septiembre en un plan de 5 fases, mientras el estado de Rio de Janeiro comenzó el primer paso de una reapertura gradual.