Para los jubilados y solitarios de Shanghái, el amor es algo difícil de alcanzar. Pero eso no los detiene de buscar lo que en China se conoce como “amor crepuscular”. En la ciudad más poblada de China hay dos rincones de citas: uno es el Parque del Pueblo y el otro es IKEA, la tienda de muebles sueca que está ubicada en el distrito exclusivo de Xuhui. Las personas mayores van tanto al parque, para arreglar citas a ciegas para sus hijos los fines de semana, como a IKEA, para tener este tipo de encuentros entre ellos mismos los martes.
Lo que ha diferenciado tradicionalmente a ambos lugares es que “el Parque del Pueblo es un lugar para citas a ciegas de jóvenes, mientras que IKEA es un santuario de amor para los mayores”, según cuenta el portal de noticias chino NetEase. El comedor de IKEA, en el distrito exclusivo de Xuhui en Shanghái es el “mundo” de los ancianos que viven solos. Cada martes y jueves, personas mayores de diferentes áreas se reúnen allí sin planearlo.
Algunos van para pasar un rato con amigos, otros para encontrar un lugar donde charlar y socializar. Pero el verdadero propósito de muchos es encontrar una pareja que los acompañe en la última etapa de sus vidas. Llegan vestidos un poco más elegantes de lo habitual, dispuestos a hablar de sus virtudes, de sus vidas pasadas y del futuro.
“Soy sencillo. No fumo ni juego al mahjong (juego de mesa)”, dice Xu Xiaoduo, de 70 años, un exprofesor de primaria dos veces divorciado que ofrece detalles a The New York Times sobre su pensión (unos 1.250 dólares al mes) y sus habilidades para el baile (muy buenas). “Pero”, añadió con un suspiro, “no puedo encontrar el amor verdadero”. Otros comparten sus frustraciones, pero restan importancia a cualquier anhelo de encontrar el amor. No son pocos los que dicen haber perdido la esperanza.
En la vejez, no es fácil encontrar a alguien que realmente pueda hablar contigo, dicen los ancianos. Así, las reuniones en IKEA se han convertido en eventos sociales: la gente lleva máquinas de karaoke y altavoces al parque para bailar y cantar. Llevan termos para llenarlos con café gratis y se sientan alrededor de mesas blancas de abedul y plástico a intercambiar historias sobre su infancia.
“No hay nada de vergonzoso en decirlo. No sólo los jóvenes necesitan amor, también lo necesitan las personas mayores”, expresó a la agencia AFP una jubilada y perfectamente maquillada directora de un asilo de ancianos, Qingqing. El grupo se reúne en IKEA desde hace más de 10 años, aunque nadie parece estar muy seguro de cómo empezó todo. No parece haber un organizador claro y la mayoría dice que se han enterado de la reunión a través de amigos, explica el periódico singapurense Today. Sin embargo, algunos medios recuerdan que IKEA no siempre ha recibido amigablemente a los adultos mayores.
En 2016, IKEA le puso fin a esta práctica imponiendo una estricta regla de “sin comida, sin asientos” para disuadir a las personas mayores de ocupar los asientos del comedor durante “períodos prolongados”. La cadena sueca asignó seguridad adicional, acordonó las áreas de asientos y colocó un cartel instando al grupo a disolverse, según los informes.
Pero luego de muchas críticas en internet que defendían a los adultos mayores, un representante, tras ser contactados por la agencia AFP, afirmó que “IKEA es consciente de la soledad de las personas mayores de su barrio, que necesitan cuidados e interacción, por lo que la tienda quiere ofrecerles un lugar donde puedan sentirse como en casa y reunirse con amigos”. No se refirieron a las prácticas ejercidas para expulsarlos.
Hay clientes habituales, como Ma Guoying, de 64 años, que tiene una sonrisa cálida y le gusta vestir colores brillantes y lentes grandes y redondos. Ha pasado mucho tiempo en IKEA y en el Parque del Pueblo durante los últimos meses. Su amiga Zhang Xiaolan, de 66 años, lleva asistiendo desde hace una década. Ninguna de las dos ha tenido mucha suerte encontrando una pareja. Los adultos mayores siempre parecen querer mujeres más jóvenes, dijeron al Times.
Abao, otro anciano de 70 años que también es cliente habitual, no ha perdido la esperanza de encontrar el amor. Es bastante conocido en la tienda sueca y la razón es que allí ha tenido tres relaciones amorosas, pero después de fracasar en cada una, se quedó sin tres departamentos, cuenta el sitio web de noticias chino Sohu, uno de los portales más grandes y populares de China.
Ahora, sin casa, el anciano Abao arrendó un lugar en las afueras para vivir. Algunos dicen que es muy tonto, que lo han engañado tres veces mujeres con malas intenciones, pero a él no le importa en absoluto. Abao dice que es médico en un hospital de tercer nivel, no tiene hijos ni hijas, y su pensión de casi 7 mil yuanes al mes la gasta en invitar a comer y en buscar pareja. Su objetivo es muy simple: encontrar a la pareja adecuada para él. Aunque ya no tiene casa, todavía cree en el amor y sigue persiguiendo su objetivo. Abao afirma que encontrar pareja es su destino, lo demás no importa.
En China, el número de personas solteras de más edad no hace más que crecer. Según el Fondo Monetario Internacional, se espera que en las próximas tres décadas la población de personas de 65 años o más alcance los 400 millones. En el gigante asiático hay más personas de 65 años o más que en cualquier otro país, y en Shanghái hay más adultos mayores que en cualquier otra ciudad china.
Entre los más de 297 millones de personas de 60 años o más en China, una cuarta parte son solteras, según datos oficiales. En una encuesta realizada en 2016 por la Universidad Renmin de Beijing, una cuarta parte de los mayores de 60 años dijeron que experimentaban soledad. La mayoría de los residentes dejaron de trabajar hace mucho tiempo porque China tiene una de las edades de jubilación más bajas del mundo, y muchos son viudos o divorciados. Todo el mundo parece estar solo, y los hijos y los nietos están demasiado ocupados con sus propias vidas para visitarlos.
Por otro lado, incluso si encuentran a alguien con quien tienen una buena conexión, formar una familia de verdad está lleno de obstáculos. Además de factores como la apariencia, la personalidad y la situación económica, también hay que considerar los sentimientos de los hijos de ambas partes, señalan los expertos. Algunos ancianos, al enamorarse, enfrentan una fuerte oposición por parte de éstos. Incluso si los hijos aceptan que sus padres se casen de nuevo, todavía se enfrentan a múltiples disputas sobre la herencia, por lo que son muy pocos los que logran tener una relación exitosa.
Al final, termina siendo solo para charlar y pasar el tiempo. O se convierten en parejas clandestinas, viéndose a escondidas. La resistencia de los hijos tiene relación con que, en la vejez, aumentan las probabilidades de sufrir explotación financiera, ya que las parejas jóvenes pueden quedarse con la herencia y propiedades que les ceden los ancianos, impidiendo que los hijos reciban los bienes, según explica la prensa china.