Cocaína a domicilio, con disponibilidad 24/7 y más rápido que una pizza. Un reciente informe llamado De achterkant van Amsterdam (La fachada opuesta de Amsterdam), solicitado por la alcaldía, alertó que Holanda es el centro europeo para el comercio de sustancias ilícitas. Un análisis en las aguas residuales de la capital holandesa lo grafica: se encontraron rastros de más de dos kilos de cocaína pura por día que "en forma de corte" aumentaría a cuatro kilos. Considerando que un gramo de esta droga en la calle tiene un valor de US$ 55, anualmente la industria del tráfico de cocaína obtendría más de US$ 82 millones.
Amsterdam es reconocida como una ciudad "donde se usan muchas drogas" y que mantiene una imagen "de apertura y tolerancia" en torno a este tipo de mercancía ilegal. A pesar de que en Holanda están prohibidas todas las drogas, en el centro de Amsterdam hay 167 cafeterías donde las personas pueden comprar y consumir marihuana en el lugar. Sin embargo, la hierba ha comenzado a perder popularidad.
La cultura "libertaria en el consumo de drogas" ha impulsado la atracción de los holandeses por otros estupefacientes. Según el Servicio de Salud Pública de Amsterdam, la proporción de adultos (19 a 64 años) que utilizaron drogas duras en "el último año" aumentó del 10%, en 2012, al 17%, en 2016. En tanto, el consumo "en el último mes" se duplicó: del 4% en 2012 al 8% en 2016, lo que significa alrededor de 41 mil personas.
Por su parte, las drogas duras más utilizadas entre los holandeses fueron la cocaína, éxtasis (MDMA) y anfetaminas. Pero los agentes estimulantes como ketamina y óxido nitroso también han aumentado. Las fiestas de música electrónica dominan la vida nocturna en la capital, lo que ha generado una amplia demanda de drogas sintéticas estimulantes. Sin embargo, recientes sondeos sitúan a la cocaína como la droga de mayor consumo en la capital holandesa.
"Definitivamente hay un aumento del consumo y usuarios de cocaína en Amsterdam, como en otras ciudades como Amberes y Hamburgo, lo que implica un mercado de vendedores y comerciantes. Pero no es solo la capital la que lucha contra una enorme industria de drogas ilegal, sino el país", señala a La Tercera Cyrille Fijnaut, criminólogo y experto en drogas.
"Menú" de droga a domicilio
El análisis sostiene que los consumidores de Amsterdam compran sus drogas a través de amigos o personas con las que mantienen una "relación laboral". Sin embargo, los vendedores o dealers se han ido adecuando a las nuevas necesidades de sus clientes. Así, en Amsterdam es común que los narcotraficantes envíen el "menú" de drogas disponibles por WhatsApp o SMS y algunos pedidos son ordenados mediante privnote, un servicio con mensajes encriptados que se autodestruyen tras la lectura. La entrega de cocaína es mediante "scooters, vehículos y taxis", en 30 minutos.
En cuanto a los precios, el kilo o "al por mayor" cayó de US$ 38 mil en 2014 a US$ 27 mil en 2017, pero los usuarios no lo perciben ya que siguen pagando entre US$ 55 y US$ 77 por gramo.
Los que sí ha cambiado son los grupos narcotraficantes. Ya no son las "redes holandesas tradicionales" ni tienen "un capo di tutti capi", si bien mantienen la "violencia brutal y asesinatos". Los que ahora manejan el negocio son una "veintena de grupos" con cinco jefes que dominan el negocio, quienes son multimillonarios y ya no viven en Holanda, sino que se han establecido en Dubai, Marruecos, España y Sudamérica, desde donde invierten altas sumas en otras actividades.
La mayoría de la cocaína que ingresa a Holanda lo hace a través de Amberes (Bélgica) y Rotterdam, ciudades desde donde se distribuye al resto del país. También existen las "lavanderías de cocaína", donde la "droga se mezcla para transportarla con menor riesgo y menos costo".
"En los 2000, los colombianos preferían Holanda, porque era muy fácil abusar del enorme flujo de importación y les gustó el clima tolerante y en particular las bajas sentencias-sanciones", comenta Fijnaut.
En 2018, la Asociación de la Policía Holandesa envió un informe al Parlamento denunciando que el país parecía un "narcoestado" y que eran "incapaces de combatir la economía criminal paralela". El reporte revelado el viernes generó revuelo en Holanda, especialmente porque para combatir el millonario lavado de dinero y correos de drogas, la alcaldesa Femke Halsema propuso crear un "FBI a la holandesa". Para los expertos, sin embargo, el problema debe incluir medidas estrictas que darían resultados recién en al menos 15 años.
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