“Estamos obligados a actuar, y actuamos ahora”. Incapaz de frenar la segunda ola de Covid-19, la canciller Angela Merkel decretó un confinamiento parcial de Alemania a partir del miércoles y hasta el 10 de enero, con el cierre de comercios “no esenciales”, escuelas y jardines infantiles, tras constatar los “muy numerosos fallecimientos” debidos a la pandemia, y el “crecimiento exponencial” de los casos de coronavirus.
Estas medidas fueron adoptadas por Merkel tras una reunión ayer con los 16 líderes regionales de las estados federados. La canciller señaló que las restricciones existentes impuestas en noviembre no lograron reducir significativamente el número de nuevas infecciones.
El promedio móvil de siete días de casos nuevos diarios en Alemania ha aumentado en las últimas dos semanas de 21,23 casos nuevos por cada 100.000 personas el 28 de noviembre a 26 por cada 100.000 al 12 de diciembre. Según el sitio Worldometer, el viernes se registró un récord de 28.344 casos diarios. El domingo se contabilizaron 17.891 nuevos contagios y 235 muertos. El país suma un total de 1,3 millones de casos y 22.406 decesos por Covid-19.
Alemania está lejos de ser el país modelo que fue en la primera ola en la primavera boreal, destaca la Deutsche Welle. Si el número de contagios alcanzó un máximo de 6.000 por día en primavera, actualmente es casi cuatro veces mayor. Actualmente, más de 4.000 pacientes con Covid-19 están siendo tratados en unidades de cuidados intensivos. En primavera, el máximo fue de alrededor de 2.850. En toda Alemania hay entre tanto una media de solo tres camas UCI disponibles por hospital, señala la cadena germana.
Para intentar revertir estas cifras, a partir del miércoles las escuelas de todo el país estarán cerradas o cambiarán a educación en el hogar; la mayoría de las tiendas no alimentarias cerrarán, al igual que negocios como las peluquerías. Los restaurantes podrán ofrecer comida para llevar pero no podrán dar servicio en el local, incluidas las bebidas alcohólicas. Con la excepción de Navidad, el número de personas a las que se permitirá reunirse en el interior permanecerá restringido a cinco, sin incluir a los niños menores de 14 años. También se prohibirá la venta de fuegos artificiales utilizados tradicionalmente para celebrar el Año Nuevo, al igual que las reuniones públicas al aire libre la noche del 31 de diciembre.
Se permitirán los servicios religiosos, siempre que existan reglas de distancia mínima y se usen mascarillas, aunque se prohibirá cantar. Se requerirá que el personal de los hogares de ancianos se someta a pruebas de Covid-19 varias veces a la semana, y los visitantes también tendrán que proporcionar un resultado negativo antes de poder ver a sus familiares.
“El coronavirus está fuera de control”, advirtió el ministro presidente de Baviera, Markus Söder, en una conferencia de prensa junto a Merkel y al ministro de Finanzas, Olaf Scholz. Es “una catástrofe que afecta más a nuestras vidas que cualquier otra crisis en los últimos 50 años”, agregó.
Scholz dijo que el gobierno brindará más apoyo financiero a las empresas afectadas por el cierre. La agencia de noticias alemana DPA informó que las sumas adicionales reservadas ascendían a 11.200 millones de euros. Según la Deutsche Welle, el nuevo paquete de ayudas para apoyar a la economía irá en la línea de las aprobadas hasta el momento durante las restricciones previas. Es decir, de hasta 500.000 euros mensuales para las empresas afectadas.
Con este confinamiento parcial, las empresas deberán permitir a sus empleados trabajar desde sus casas, cuando sea posible, o facilitar las vacaciones durante estas próximas tres semanas y media “para aplicar en todo el país el principio de ‘nos quedamos en casa’”.
Según Lothar Wieler, presidente del instituto de vigilancia sanitaria Robert Koch (RKI), la epidemia sigue progresando porque la población no ha reducido lo bastante sus contactos sociales. El jefe del RKI consideró que la situación del país también se debe “al cansancio” de la población, después de casi 10 meses de imposiciones inéditas.